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Desaparición forzada en México, con complicidad de gobierno: AI. Foto: Telesur
Desaparición forzada en México, con complicidad de gobierno: AI. Foto: Telesur

En México, la desaparición forzada con implicación del Estado y las cometidas por agentes no estatales gozan de impunidad y son generalizadas es lo que determinó Amnistía Internacional (AI) en su Informe Anual 2016.

Al concluir el año, según el gobierno, 29.917 personas (22.414 hombres y 7.503 mujeres) se hallaban en paradero desconocido. Las cifras del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas no incluían casos federales anteriores a 2014 ni casos clasificados como otros delitos, tales como secuestro o trata de seres humanos.

Los datos disponibles señalaban que la mayoría de las víctimas eran hombres; algunas familias de personas desaparecidas que buscaban a sus seres queridos recibían amenazas de muerte.

Asimismo, la violencia aumentó notablemente; las autoridades registraron 36 mil 56 homicidios hasta el final de noviembre frente a los 33 mil 17 de 2015.

Respecto a los autores de ejecuciones extrajudiciales seguían gozando de impunidad, ya que esos delitos no se investigaban adecuadamente. Las fuerzas armadas seguían participando en las investigaciones que implicaban a personal militar, en contra de lo dispuesto en la reforma de 2014 del Código de Justicia Militar, además de que por tercer año consecutivo, las autoridades no publicaron la cifra de personas muertas o heridas en enfrentamientos con la policía y las fuerzas militares.

Por ejemplo, de acuerdo con Amnistía Internacional, no se tuvo constancia de ningún enjuiciamiento por los homicidios de 16 personas cometidos en 2015 por agentes de la policía federal y otras fuerzas de seguridad en Apatzingán, estado de Michoacán; las autoridades no investigaron adecuadamente los homicidios ni examinaron la responsabilidad de quienes estaban al mando.

Operativos policiales y militares

Por otra parte, la impunidad por tortura y otros malos tratos seguía siendo casi absoluta, con numerosas denuncias de palizas, semiasfixia con bolsas de plástico, descargas eléctricas, violaciones y agresiones sexuales durante las operaciones policiales y militares.

En el caso de la detención de mujeres, la violencia sexual como forma de tortura era habitual.

En el tema de los defensores de derechos humanos y los periodistas, el informe señalo que las prácticas de hostigamiento e intimidación prevalecen, al menos 11 comunicadores fueron asesinados en 2016.

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