Mónica Camacho/La Jornada de Oriente
Dos ex dirigentes del PAN en Puebla dejaron entrever que el gobernador del estado, Rafael Moreno Valle Rosas, podría estar implicado en la fuga del mandatario de Veracruz con licencia de cargo, Javier Duarte de Ochoa, quien es investigado por enriquecimiento ilícito y peculado.
Juan Carlos Mondragón Quintana, presidente de Acción Nacional en el trienio 2009-2012, exhibió en su cuenta de Twitter un collage de fotografías de archivo en las que se observa a Duarte y Moreno Valle posando con amplias sonrisas para las cámaras.
“¿Por qué creen que #Duarte escapó a #Puebla? ¿Alguna idea?”, cuestionó el ex dirigente del panismo poblano en el mismo tuit.
A su vez, Rafael Micalco Méndez, quien sucedió a Mondragón en el cargo para el periodo 2012-2015, difundió en la misma red social una nota periodística en la que se informó de una orden de aprehensión solicitada contra el veracruzano. “Y al parecer en Puebla le ayudaron a fugarse”, comentó.
Jesús Giles sale en defensa de Moreno Valle
Jesús Giles Carmona, actual presidente del Comité Directivo Estatal del PAN –que llegó a esa posición el año anterior haciendo dupla con la esposa de Moreno Valle, la secretaria general del instituto político Martha Érika Alonso–, repudió la postura asumida por Mondragón.
“Es una vergüenza el nivel tan bajo en el que manejas tu publicación. Sé serio por favor, ya basta de calumnias”, demandó el ex líder de Acción Juvenil, con lo que abrió un debate en Twitter.
Giles obtuvo respuesta del periodista del semanario Proceso Álvaro Delgado Gómez, quien atribuyó el comentario del dirigente albiazul a una consigna del gobernador poblano.
“Enfurece @RafaMorenoValle por ser exhibido como amigo del fugitivo @Javier_Duarte por expresidente del PAN. Lo defiende su ayudante”, manifestó el autor de El Yunque y El amasiato.
En la misma confrontación virtual, Giles pidió a Álvaro Delgado no confundirse e insistió en su acusación contra su antecesor en la presidencia estatal, a quien amonestó por no sustentar sus denuncias.
Tanto Mondragón como Micalco concluyeron su administración como dirigentes partidistas en medio de una confrontación abierta con Moreno Valle, a quien acusaron, cada uno por su cuenta, de transgredir la vida democrática del partido con la imposición de candidatos, así como de operar la afiliación de miles de personas al PAN a fin de controlar los procesos internos.
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