Fermín Alejandro García /Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

A la mitad del camino a la elección del 5 de junio, los candidatos de Morena, Abraham Quiroz Palacios, y del PRD, Roxana Luna Porquillo, enfrentan las mismas debilidades: su impacto en el electorado se ha reducido a disputarse entre ambos los sufragios de la militancia y los simpatizantes de la izquierda, pero sin penetrar en el resto de la población; su presencia se concentra únicamente en la capital y unas pocas comunidades del estado; no tienen una propuesta electoral articulada y atractiva, además de carecer de estructuras para proteger sus votos.

Los dos candidatos se están disputando entre el 10 y el 15 por ciento de la votación, que corresponde a ciudadanos que siempre sufragan por la izquierda.

Fuera de ese nicho electoral, los dos no han logrado incidir en el llamado voto verde o switcher, ni en los indecisos, lo cual ha propiciado que por ahora no se les observe con la posibilidad de tomar un papel que sirva para inclinar la balanza de la contienda entre los punteros de la contienda: Blanca Alcalá Ruiz y Antonio Gali Fayad.

Sin embargo, hay una parte muy positiva en su participación: ambos representan una tabla de salvación para la izquierda poblana, ya que a pesar de que es verdad que no lograron adquirir un papel protagónico en la disputa por la minigubernatura, son dos fuerzas políticas –el PRD y Morena– que están adquiriendo una base sólida para su crecimiento de aquí al proceso electoral de 2018.

Roxana Luna Porquillo es quien ha dado la mayor batalla política dentro de la izquierda partidista en contra del autoritarismo, al haber vencido al grupo del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas que quería utilizar al PRD de aliado electoral, aunque en realidad el empleo que la pretendía dar era usarlo como una simple imagen y excluir a todos sus militantes y dirigentes.

Al haber evitado la alianza electoral con el PAN y sacar al PRD a las calles a volver a competir con su propia estructura, Roxana Luna literalmente rescató al partido, el cual corría el peligro de extinguirse luego de que en los procesos electorales de 2010 y 2013 fue una instituto político que perdió a miles de simpatizantes y extravió su personalidad opositora, ya que únicamente jugó a ser un patiño de la derecha morenovallista.

Esa situación habilita al PRD para que en el mediano plazo recupere su presencia en docenas de municipios y tenga posibilidades, como antes lo hacía, de disputar –en 2018– un número importante de alcaldías en la Mixteca y la Sierra Norte del estado.

El principal yerro que cometió Roxana Luna es que al emprender su campaña electoral hizo a un lado el papel de ser la principal y más aguerrida opositora a Rafael Moreno Valle Rosas, y que su labor proselitista se basara en propaganda que sensibilizara al electorado de la represión política del morenovallismo, del robo que ha significado los costos de la obra pública, las atrocidades del caso Chalchihuapan y el daño a la población que provocó la falta de una política social y de desarrollo rural.

Luna optó por una campaña que es tibia en la crítica al gobernador y quiere ser muy propositiva, además de usar montajes propagandísticos para generar impactos mediáticos. Ese esquema la ha llevado a encabezar un proyecto poco o nada atractivo para el grueso del electorado.

Por esa razón Ana Teresa Aranda desplazó a Roxana Luna en el uso de mensajes directos, combatientes y de confrontación contra Rafael Moreno Valle.

Y la candidata independiente le está arrebatando al PRD los votos de muchos ciudadanos agraviados e indignados con el morenovallismo.

Esa misma condición ha propiciado que Morena esté desplazando al PRD de su posición de tercera fuerza política en el estado, ya que las estimaciones indican que el Partido de la Revolución Democrática aspira a quedarse con una votación que va del 3 y hasta el 6 por ciento, mientras que la fuerza política lopezobradorista estaría en la posibilidad de ganar entre el 7 y el 10 por ciento de los sufragios.

Abraham Quiroz Palacios es el primer candidato de Morena en el estado y se ha ajustado al proyecto de Andrés Manuel López Obrador, de combatir los vicios de la clase política en general, empezando por la izquierda, y buscar postular a aspirantes a cargos de elección popular a personas con prestigios social, honradas y que hayan luchado contra el autoritarismo.

El problema es que con Abraham Quiroz se fueron al extremo los dirigentes de Morena, ya que es un académico prestigiado, serio, congruente y bien identificado con el proyecto nacionalista de López Obrador, pero carece de carisma, de simpatía y de capacidad oratoria.

Quiroz no tiene estrategias de campaña y todo se reduce a recorridos improvisados para tener contacto directo con la gente, en plazas, mercados o cruceros. Se ha llegado al extremo de que su página de internet no tiene una sola foto del candidato.

Es positiva esta personalidad porque los miles de simpatizantes que tiene Morena en el estado perciben que hay congruencia en el partido y no se postula a un candidato que tenga los vicios de la clase política.

Es negativo porque la mayoría de los votos que obtendrá Morena en Puebla son motivados por la personalidad de Andrés Manuel López Obrador, y poco contribuirá la figura nada mediática de Abraham Quiroz.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/05/04/luna-y-quiroz-se-disputan-el-voto-de-la-izquierda-quedaron-marginados-del-resto-del-electorado/

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...