Fermín Alejandro García /Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

Se dice que en el PRI ya se formó una estructura paralela al equipo de campaña de Blanca Alcalá Ruiz, integrada por entre 200 y 250 jóvenes, que ganarían entre 200 y 400 pesos diarios, que se dedican a realizar una labor discreta de contabilizar a diario todos los anuncios, regalos, distribución de artículos propagandísticos, labores de organización de mítines y transporte de asistentes a los actos de proselitismo del PAN, con el fin de preparar una demanda para demostrar que se rebasaron los topes de gastos que autorizó la autoridad electoral. Todo ello con el propósito de judicializar la elección y posiblemente exigir su anulación.

Y también ha trascendido que en el PAN se estaría haciendo algo similar, por lo que existe una vigilancia especial hacia cada una de las delegaciones federales en Puebla, sobre todo la del Seguro Social y el programa Prospera. Todo ello con la intención de que ante un posible escenario de derrota del albiazul, se pudiera pedir la anulación de un resultado favorable para Blanca Alcalá bajo el argumento de excesos de gastos de campaña o uso de fondos públicos en las labores proselitistas del tricolor.

Los conocedores de lo que pasa en las cúpulas de ambas fuerzas políticas sostienen que hasta ahora no existe una negociación que de manera adelantada pudiera definir el resultado de la actual contienda electoral en Puebla, pese a que se ha especulado que Blanca Alcalá habría pactado su derrota.

Entre los acercamientos entre representantes del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, lo único que se habría acordado es que si el margen de diferencia entre el primero y el segundo lugar de las votaciones del 5 de junio es mayor a 5 por ciento, quien quede en el segundo sitio entre las coaliciones del PRI y el PAN aceptará la derrota sin ninguna condición.

Dicho entendimiento informal conlleva entonces a dejar en claro que si la diferencia de votos es menor a 5 por ciento, entonces el segundo lugar podría recurrir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para exigir la anulación de la elección y su repetición, tal como ya pasó en Colima.

Donde más se ha tomado en cuenta dicha posibilidad es en el PRI, pues se dice que a eso obedece que se haya formado una estructura paralela de jóvenes que se dedican a recaudar información sobre los gastos de operación, el despliegue propagandístico y la organización de eventos de la campaña del PAN, con el propósito de tener información sustentada para una posible demanda judicial en el orden electoral.

Frente a ese escenario, en el equipo de campaña de Blanca Alcalá se tiene como meta mínima el que la candidata llegue empatada –al día de los comicios– con el aspirante del PAN, Antonio Gali Fayad, en el índice de preferencias electorales, para de esa manera poder judicializar la elección.

En el estudio de prospectiva que se ha construido en el PRI se plantea que si se logra demostrar los excesos de gastos de campaña y anular la elección, cuando ésta se repita habrá mejores condiciones para poder ganar, pues para entonces ya no estaría en el poder el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, quien en la práctica es el jefe de campaña del PAN.

De ahí es donde surge el beneplácito del PRI de que Ana Teresa Aranda haya logrado derrotar al Instituto Estatal Electoral y obtener la candidatura independiente, ya que la panista a quien más daño va a provocar es al PAN.

Los estudios de opinión pública más favorables a Ana Teresa Aranda plantean que si la ex panista logra una campaña exitosa, desde la trinchera independiente que implica no tener fondos económicos para propaganda, podría llegarle a mermar hasta 5 por ciento de votos a la campaña del PAN.

Y si eso ocurre, el PRI se beneficiaría al acortarse la distancia en los índices de preferencias electorales entre los aspirantes del tricolor y el albiazul.

Con la tónica que llevan las campañas, se antoja poco probable que Blanca Alcalá se acerque a la meta de empatar con el candidato del PAN, ya que la abanderada priista no ha logrado polarizar al electorado.

El PRI y su candidata mantienen un discurso poco atractivo para amplios sectores del electorado que están enojados, inconformes o desencantados con el morenovallismo, y que no encuentran –por ahora– una opción para generar un voto de castigo contra el actual titular del Poder Ejecutivo. El problema de fondo es que Puebla es uno de los estados del país que tiene el mayor índice de antipriismo.

Quienes están cerca del equipo de Blanca Alcalá sostienen que la actual campaña de impacto mediano de la candidata obedece a una estrategia bien diseñada, en la cual la abanderada del tricolor está guardando el discurso agresivo, atrayente, polarizante, para los últimos 15 días de campaña, como una manera de atacar con severidad al PAN y que éste no se pueda reponer.

Otras opiniones dicen que esa estrategia es equivocada, ya que la guerra sucia contra Blanca Alcalá, sobre todo en redes sociales, junto con sus errores de campaña, la están llevando a anclarse y no tener posibilidades de acercarse a un empate con el candidato de la coalición encabezada por el PAN.

Al final lo que queda latente es que muy probablemente el resultado final de la elección se decidida en un tribunal.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/04/19/pri-echa-mano-200-brigadistas-judicializar-la-eleccion/

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...