Arturo Rueda/Tiempos de Nigromante/Diario Cambio

La semana del adiós al Ayuntamiento que gobierna desde el 15 de febrero de 2014 será, con toda probabilidad, el momento político más delicado que enfrentará Antonio Gali en su camino a toda la minigubernatura. La transición de alcalde en funciones a candidato designado de Acción Nacional es el último momento en que los enemigos internos y externos buscarán frenar al morenovallista. Los primeros se encuentran plenamente identificados: el panismo tradicional que dispone de ocho asientos en el Cabildo y responde a las órdenes de Eduardo Rivera Pérez. Los segundos, el equipo de la candidata tricolor Blanca Alcalá que querrá tumbarle, si no la posibilidad de abanderar al PAN, sí de exhibirlo ante la sociedad poblana como un “chapulín” que brinca de puesto en puesto.

En este punto convergen los meses de preparativos, cuyos objetivos fueron minimizar el impacto de la transición de fase. Preparativos que incluyeron, por ejemplo, una larga campaña mediática de cumplimiento de los 18 compromisos firmados ante notario público para convencernos de que si Gali se va, es porque ya hizo todo lo que se comprometió a hacer durante un periodo de 4 años 8 meses, y por tanto, que se quede en Palacio Municipal es una pérdida de tiempo.

 

El cumplimiento de los 18 compromisos firmados ante notario sólo encontró escollos en materia de seguridad pública. Para alcanzar el estado de fuerza de 3 mil agentes policiacos, el gobierno estatal le volvió a ceder al municipio mil 500, casi los mismos que le había quitado a Eduardo Rivera con el pretexto de que no quería pagar sus salarios. La promesa de llegar a las mil videocámaras de seguridad también se cumplió en el papel, porque no hubo evento de ello ni certificación ante notario. Y el nuevo Cuartel Metropolitano de Seguridad, una inversión conjunta con el gobierno estatal, no va a quedar listo hasta junio.

 

Los 18 compromisos son un escudo ante las acusaciones de chapulín, y ahora sólo queda esperar qué tanto resiste y si la ciudadanía compra el argumento de que Gali ya hizo todo lo que tenía que hacer en la Presidencia municipal, o si castiga ese salto con una pérdida de popularidad que se traduzca en 3, 4 o 5 puntos porcentuales que le permitan arrancar la carrera a Blanca Alcalá con ventaja.

 

La estrategia del PRI es muy clara: demoler el argumento de los 18 compromisos cumplidos. Ayer, Iván Galindo y Karina Romero atacaron al apersonarse en el Mercado de Mariscos, para exhibir en redes sociales que éste se encuentra vacío, pese a que los propios empresarios del ramo pidieron comenzar a operarlo en marzo, mientras resuelven la disputa de espacios.

 

En medio de esta transición de fase, con la salida de Antonio Gali, debe instalarse ahí a un morenovallista de confianza. Luego de varias semanas de descartes, más que de debate, el alcalde aceptó cederle su silla a Luis Banck Serrato, a quien de facto le entregó ayer la conducción de la administración pública municipal ante el testigo de Martha Erika Alonso. Para evitar nuevos escollos, desde el año pasado se promovió una reforma a la Ley Orgánica Municipal que desplazó al regidor de Gobernación de la línea de sucesión para que sea el Congreso el encargado de la designación.

 

El fondo de tal reforma fue el conflicto latente con el panismo tradicional que, muy probablemente, explotará el lunes. Ante la licencia que se dice será definitiva, el Cabildo deberá votarla en afirmativo y la Secretaría General, a cargo de Mario Riestra Piña, llamará comparecer al suplente del edil, un (ex) yunquista que come de la mano morenovallista desde que fuera nombrado subsecretario de la SDRSOT y encontró la paz quincenal del burócrata.

 

 

Para mayor información:http://www.diariocambio.com.mx/2016/opinion/tiempos-del-nigromante/item/4472-el-momento-mas-peligroso-para-gali

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...