Fermín Alejandro García /Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

En el círculo morenovallista se estima que si la elección fuera en estos días, el candidato del PAN, Antonio Gali Fayad, tiene posibilidades de ganar por unos siete puntos de distancia frente a la priista Blanca Alcalá Ruiz. Lo que sorprende de esta estimación es que se calcula que, más de la mitad de esa ventaja que tiene el abanderado panista, se debe a un solo factor: la despresurización del malestar contra el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas, que consistió en echar marcha atrás en todo lo que provocaba agravio en la población como son las multas por el servicio de agua potable, las fotomultas, el retiro del registro civil de las juntas auxiliares y las deficiencias en el metrobús.

Pero más sorprendente resulta que el PRI y en general toda la oposición todavía no saben aprovechar todo ese malestar que existe contra el gobernador Moreno Valle y contra el PAN, ya que ningún candidato a podido establecer mensajes para exponer que esas medidas de despresurización son temporales y están diseñadas únicamente para ganar votos en los comicios del 5 de junio.

La narrativa de los mensajes de Blanca Alcalá Ruiz es muy deficiente, ya que aunque aborda temas sensibles como los abusos en la privatización del agua potable, lo suntuoso de la obra pública, el aumento de la pobreza y el endeudamiento que esconde el gobierno del estado, no lo hace de una manera que toque las fibras sensibles del electorado.

Blanca Alcalá no logra que la gente comprenda y se enoje por los excesos cometidos por el morenovallismo.

Más decepcionante resulta la campaña de Roxana Luna Porquillo, la candidata del PRD, quien no ha logrado convertir los agravios del morenovallismo en mensajes directos y llamativos, para despertar el malestar de la población y éste se exprese en votos de castigo en contra del PAN.

La única que ha conseguido una comunicación efectiva, clara y muy llamativa es la candidata independiente Ana Teresa Aranda Orozco, quien está navegando contra corriente pues el Instituto Estatal Electoral le mochó la mayor parte de su financiamiento y cobertura en medios electrónicos como una manera de buscar callarla, al ser la alternativa más viable –por ahora– para tumbarle miles de votos al Partido Acción Nacional.

El año pasado un elemento clave para que el PRI pudiera ganar la mayoría de los distritos federales de la capital fue el uso de una campaña mediática bien estructurada, con un lenguaje directo, sencillo y bien narrado que tocaba las fibras sensibles de la población, al exponer los abusos morenovallistas cometidos con el agua potable, el registro civil, las fotomultas y los retenes de los cuerpos policíacos, que se utilizan para extorsionar a los automovilistas.

Se estima que esa campaña, junto con la negativa de una parte importante de la militancia del PAN a votar por los candidatos panistas, le quitaron al albiazul entre cinco y ocho puntos, en cada distrito, que llevaba de ventaja frente al PRI.

Ahora esa situación se ha invertido. Por un lado el PRI de manera poco entendible no ha sabido explotar los mismos temas que, meses atrás, manejó como mantequilla derretida.

En mucho se debe a que Blanca Alcalá se encuentra sola. La candidata del PRI es la portavoz de la plataforma electoral priista, de llevar el mensaje de cordialidad y de lanzar ciertas críticas, pero carece de voceros u operadores que de manera paralela estén colocando en la opinión pública mensajes que despierten el voto de castigo del electorado.

Por otro lado, el morenovallismo logró que los temas que el año pasado le quitaron miles de votos por ahora relativamente estén neutralizados, por la acción de meses anteriores de perdonar multas, reducir sanciones, regalar bienes –como escrituras, uniformes, computadoras y tinacos– y resolver las fallas de varios servicios.

Un revisión detallada arroja que todas esas medidas de despresurización que adoptó el gobierno morenovallista no es un mea culpa de que se hacían las cosas mal o se cometían abusos, sino son meros paliativos, pero que le están funcionando al PAN.

Se dice que en la primera semana de mayo el PRI va a enderezar su campaña y que se empezará a sentir la operación electoral de las delegaciones federales.

Que el PRI lanzara una serie de mensajes fuertes, directos y contundentes contra el morenovallismo.

Que posiblemente habrá filtraciones de videos y audios que van a desatar escándalos contra figuras del PAN y el gobierno del estado.

Todo esto está bien, pero es pertinente preguntarse: ¿en el plazo de un mes Blanca Alcalá Ruiz logrará remontar y polarizar la elección?

Esa duda surge por que la campaña negra de que “Blanca Alcalá se fue en blanco” está siendo demoledora para la popularidad de la abanderada priista y se percibe que está tardando mucho en reaccionar.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/04/25/desagravios-morenovallistas-le-dan-a-gali-la-mitad-de-su-ventaja-frente-al-pri/

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...