Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

Un nuevo absurdo del morenovallismo: resulta que al recién inaugurado Hospital de Traumatología y Ortopedia “Doctor y General Rafael Moreno Valle Rosas” (HTO) se le destinó una enorme inversión de más de 700 millones de pesos, la más sofisticada tecnología de diagnóstico neurológico y ortopédico, así como de infraestructura, pero se omitió la parte más importante: no se le dotó de médicos, enfermeras, personal administrativo, urgenciólogos y técnicos de mantenimiento, que en total suman unos 600 trabajadores.

Desde finales del año pasado hacia el interior de la Secretaría de Salud (Ssa) se definió que ya no hay presupuesto para nuevas plazas de doctores y enfermeras, por tanto no habría contrataciones para dotar de una planta laboral al nosocomio en cuestión, pese a que es el centro de atención médica que más ha promocionado el gobierno del estado.

Para resolver tal carencia la Ssa, a cargo del médico Salvador Escobedo Zoletto, ordenó que se transfiera al HTO personal de los hospitales generales Norte, Sur y de San Pedro Cholula, sin importar que dichos nosocomios se encuentran saturados y con carencias de galenos, medicamentos y de insumos.

Una fuente bien informada indica que tan solo del Hospital General Norte –que es el más saturado de la zona metropolitana de la ciudad de Puebla– se transfirieron al nuevo nosocomio a unas 40 enfermeras, a tres urgenciólogos, a nueve cirujanos, así como a la mayoría del personal de atención a personas con quemaduras. También se echó mano de administradores y trabajadores de intendencia.

Ese hospital tiene una saturación en su área de urgencias hasta de 250 por ciento, y resulta desde hace tres años se ha pedido que se cubran cuatro vacantes de urgenciólogos y nunca se ha atendido ese necesidad, por lo que ahora al llevarse a tres médicos de esa área, se acaba de generar un déficit de siete especialistas que son básicos para medio dar una respuesta eficiente a cientos de personas que a diario llegan pidiendo ayuda.

Algo similar pasó con el Hospital General Sur, de donde salieron unas 50 enfermeras y una veintena de médicos, junto con varios técnicos en la salud, para ser enviados al HTO, el cual fue inaugurado desde el pasado 2 de febrero pero no funciona, ya que no se tiene todavía al personal adecuado para que se puede ofrecer una atención integral a los enfermos que lleguen.

La sala de urgencias del Hospital General Sur tiene una saturación promedio de 150 por ciento, y en fines de semana hasta de 200 por ciento.

Fuentes de la Ssa indican que la orden de que no puede destinarse un solo peso a la creación de nuevas plazas no se debe a que se terminaron los fondos o se tenga un crisis financiera, luego de que en el rubro de Seguro Popular el estado recibe un promedio de 4 mil millones de pesos anuales, sino obedece a la política de austeridad que se decidió desde la titularidad del Poder Ejecutivo.

Y esa política de austeridad responde a la determinación de que todo el gasto se va a enfocar a la campaña electoral del PAN.

Entre agosto y septiembre del año pasado, el panista y ex edil de Atlixco Salvador Escobedo mandó a citar a los directivos de los hospitales Sur, Norte y de Cholula, para comunicarles que no había dinero para nuevas plazas, y que de ellos tendría que salir la solución para dotar de médicos especialistas al HTO.

Las protestas no se hicieron esperar. Le expusieron al secretario de Salud que sus hospitales están rebasados en su capacidad, que no se cubren vacantes ni hay personal para suplir a los galenos cuando se van de vacaciones o de incapacidad. A tales exposiciones, se encontraron la siguiente respuesta de Salvador Escobedo, palabras más, palabras menos:

“Yo no le puedo decir al gobernador –Rafael Moreno Valle Rosas– que no va poder entrar en operación el nuevo hospital. ¿Alguien de ustedes se atreve a decirle que eso va a ocurrir? Entonces ustedes solucionen este problema”.

Lo que agravia de esta respuesta, es por un lado la insensibilidad criminal del gobierno morenovallista, y por otro que sea Escobedo quien se preste a dichas anomalías.

De los cuatro titulares que ha tenido la Ssa en el presente sexenio, el único que ha sido médico es Salvador Escobedo, de quien se esperaba que tuviera una mayor comprensión de las necesidades que enfrenta el sistema de salud en el estado.

Hasta ahora resulta que de los cuatro titulares que ha tenido la Ssa, Escobedo es el peor por no tener la más mínima intención de conocer y responder a los problemas que enfrenta el sistema estatal de salud, el cual atiende a la población más pobre de la entidad poblana.

El mejor secretario de Salud en el actual periodo gubernamental ha sido Jorge Aguilar Chedraui, quien estuvo en ese puesto los primeros tres años del sexenio, y se destacó porque destinó mucho presupuesto a la contratación de médicos, a la compra de insumos y renovación de equipos.

Con Escobedo se esperaba que llegara al cargo e hiciera un diagnóstico de las necesidades de la Ssa, pero su actitud es todo lo contrario. Parte de la idea de que se está en el último año del sexenio y que ya nada se puede hacer para cambiar las cosas.

Sin importar el dolor humano que implica esa actitud complaciente y negligente.

Con un funcionario así, hay que rogarle al Papa Francisco –antes de que se vaya de México– que nos deje la bendición para nunca caer en uno de los hospitales que dirige Salvador Escobedo.

Yo no me atendería ni una gripa con este nefasto panista.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/02/16/al-nuevo-hospital-de-traumatologia-y-ortopedia-se-les-olvido-dotarlo-de-medicos-y-enfermeras/

incendios forestales

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...