Luego de una emboscada contra un convoy del Ejército, que dejó cinco militares muertos en Culiacán, Sinaloa, elementos de la Sedena realizaron un operativo sorpresa el pasado lunes por la noche en las instalaciones de la Policía Ministerial.
Además, elementos pertenecientes al cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano tomaron las oficinas durante nueve horas, mientras agentes de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Siedo) llevaron a cabo un interrogatorio que terminó alrededor de las 3:00 horas de la madrugada de este martes.
En el interrogatorio se indagó el paradero de los policías durante la emboscada, además de que les solicitaron desbloquear sus teléfonos y confiscaron 35 equipos con la promesa de que les serían devueltos en 15 días.
El operativo se dio poco después de que el edil de Culiacán aseguró que fue la policía ministerial la encargada de dar seguridad al sector la noche del ataque al convoy.
De acuerdo con reportes locales, a los policías los tomó por sorpresa el operativo, pues fueron llamados por radiofrecuencia a la base para una supuesta revisión de rutina y varios de ellos llegaron vestidos de civil.
Fuente: Noreste/Notimex
