Foto: Ángel Flores / EsImagen
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Exigen cancelación de gasoducto Tuxpan–Tula; acusan invasión de Transcanada. Foto: Ángel Flores / EsImagen

Mujeres de la zona indígena Ñha Ñhú perteneciente a Pahuatlán, exigieron a las autoridades federales intervenir para que se suspendan de manera definitiva la construcción del gasoducto Tuxpan-Tula de la transnacional Transcanada.

En rueda de prensa, el Consejo Shangu Yamui denunció que desde febrero de este año, personal de la empresa Transcanada comenzó a invadir sus predios, bajo el pretexto de realizar “muestreos”, sin embargo han comenzado a invadir predios y propiedades de los habitantes.

Precisaron que desde el momento que comenzaron a poner señales y estacas sobre los espacios por los que pasará el gasoducto, dejaron de fuera cualquier posibilidad de consulta y negociación, pues la forma en la que realizaron la intromisión constituye una violación a los derechos humanos.

Otra de las afectadas explicó que aunque aún no ha iniciado la construcción, sí han comenzado a despojar a las familias de sus terrenos, pues empleados de la empresa han advertido que por no contar con escrituras de los predios “no es de nadie”, por lo que podrán tomarlos.

Autoridades los ignoran

Otra de las denunciantes indicó que en su comunidad San Miguelito, el presidente municipal de Pahutlán no los apoya, e incluso les ha advertido que la obra se realizará, aunque ellos no quiera, porque la empresa “ya le pagó” para que los deje trabajar.

Las autoridades solo se preocupan por lo que van a recibir”, expresó.

Recordó que en una reunión en la presidencia, trabajadores de la empresa les advirtieron que solo les pagarían a los que tengan escrituras de sus terrenos, mientras que a los demás no recibirán nada porque “los terrenos no son de nadie”.

Indicaron que durante la reunión se les dio a entender que por “las 80 personas que son no valen nada” para la empresa.

Extinguirán la vida del lugar

Alertaron que el gasoducto Tuxpan-Tula a su paso afectará 130 comunidades de los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo, lo que –además– provocara desequilibrios sociales y ecológicos en la región.

Lamentaron que dentro de las zonas que buscan destruirse se encuentre uno de sus manantiales ubicado en un cerro, el cual tiene el carácter de sagrado para los Ñhú, pues él es que les proporciona “vida”, al darles agua y alimento.

¿De qué vamos a vivir sin agua ni cultivo? de eso vivimos. Los empresarios no se preocupan (…) perder el cerro, el lugar que nos da el sustento seria nuestra extinción”, acusaron.

Advirtieron que además el proyecto representa la destrucción de más de 600 hectáreas del bosque Mesófilo de Montaña, una reserva ecológica, de la que solamente queda menos del uno por ciento en el país.

Otra de las afectadas indicó que en la defensa de su localidad, no estan solos, y desde hace tres meses han sido acompañados por investigadores de la UNAM, quienes se han encargado de explicarles –además de los daños—como pueden proteger su tierra de los “proyectos de muerte”.

Por Gabriela Xelano y Edgar Guzmán

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