Kenia, el primero en abandonar la Corte Penal Internacional. Foto: Aristegui Noticias

Kenia, el primero en abandonar la Corte Penal Internacional. Foto: Aristegui Noticias
Kenia, el primero en abandonar la Corte Penal Internacional. Foto: Aristegui Noticias

En 2013, Kenia se convirtió en el primer país africano en abandonar la Corte Penal Internacional (CPI), luego que el presidente y el vicepresidente de dicho país fueran acusados por la violencia generada tras las elecciones en 2007.

La CPI tiene por objetivo juzgar a personas respecto a los crímenes más serios –cometidos desde 2002– y que preocupan a la comunidad internacional. La corte tiene jurisdicción sobre los delitos de genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y crimen de agresión.

Tras la decisión de Kenia, Gambia a través del portavoz, Sheriff Bojang, dio a conocer que su país abandonaría la corte, pues únicamente se encarga de “perseguir y humillar a la gente de color, especialmente a los africanos”, cuando –advirtió—, “al menos 30 países occidentales han cometido crímenes de guerra desde la creación de la corte”.

Más tarde, fue Burundi quien formalizó su salida a comienzos de octubre, la cual fue aprobada por los diputados del país quienes expresaron que desde el establecimiento, “solo los africanos han sido procesados, como si el resto del mundo tuviera inmunidad ante el tribunal”.

“Sólo juzga líderes africanos”.

Recientemente, Sudáfrica a través de su ministra de Relaciones Exteriores, Maite Nkoana-Mashabane, anunció que su país la abandonaría debido a que “sólo juzga líderes africanos”.

La situación ocurre a pesar de que la corte tiene una presencia sumamente importante en el continente africano e inclusive ha instaurado oficinas en la República Centroafricana, Costa de Marfil, Congo, Kenya y Uganda.

Asimismo, advirtieron que de los 10 casos que actualmente se encuentra investigando, nueve se localizan en el continente africano.

En contraste, solo China se ha pronunciado a favor de la decisión de los países africanos, y ha pedido al organismo juzgador que respete la soberanía de los mismo, y de fallos “objetivos generen confianza y respeto a la institución”.

Cabe recordar que la CPI derivó de la firma del Estatuto de Roma, en el cual participaron 120 países en 1998, sin embargo sólo puede juzgar a ciudadanos de los países participantes, en tanto no todos pueden los países forman parte de ella, Estados Unidos es un claro ejemplo de ello.

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