Por Redacción

Académicos de DICA y alumnos de la Maestría en Ciencias Ambientales de la BUAP evalúan el riesgo ambiental en la cuenca del río Quetzala en Guerrero, con el fin de establecer nuevos planes de contingencia que proteja a la población.

Miguel Ángel Valera Pérez, investigador de Cuerpo Académico de Evaluación, Manejo y Conservación de Sistemas Agroproductivos y Forestales del Departamento de Investigación en Ciencias Agrícolas (DICA), indicó que se ha realizado un análisis climatológico y de incidencia de huracanes en la región, así como se han estudiado los problemas de sismicidad y de fallas geológicas.

Los resultados de esta investigación han demostrado que la cuenca del río Quetzala, que desemboca en la Barra Tecoanapa del municipio de Marquelia ubicado al sureste de Guerrero, exponen que es una zona expuesta a lluvias torrenciales y huracanes, con asentamientos urbanos sobre laderas pronunciadas, por lo que dichas poblaciones son vulnerables a deslaves.

Valera Pérez señaló que con estas investigaciones buscan conocer cómo era originalmente la vegetación de esa región que se ha modificado con el tiempo por el hombre, para poder determinar las áreas que tienen mayor riesgo de ser afectadas por algún desastre natural.

Comentó que otra problemática, a raíz del incremento de la población, es que los grupos marginados fueron desplazados hacia las laderas de las montañas donde desarrollan la agricultura tradicional y de subsistencia, que da como resultado una deforestación que aumenta las posibilidades de deslave.

Afirmó que existe suficiente evidencia edáfica y geológica de que en zonas montañosas se han presentado deslaves de las laderas, como parte de un proceso natural, lo cual no siempre es considerado por los habitantes, principalmente por los de alto grado de marginación social, que establecen sus viviendas en la zona.

 

Manglar recibe descargas de agua con diferentes concentraciones

El académico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)  informó que debido al incremento de las ciudades costeras, el manglar ha recibido constantes descargas de agua con diferentes concentraciones de compuestos que podrían afectar el desarrollo de organismos de dicho ecosistema, el cual podría modificar de forma negativa sus propiedades naturales.

Refirió que los resultados de ese proyecto se plantearán propuestas sobre un plan de contingencia ambiental.  

Con apoyo del Conacyt y la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado de la BUAP, un estudiante de la Maestría en Ciencias Ambientales del Icuap se encuentra en el Laboratorio de Análisis Climático, de la Universidad de Toronto Scarborough, capacitándose sobre la incidencia y consecuencias de los huracanes sobre esta zona del estado de Guerrero.

También un grupo de alumnos está en la Universidad Autónoma de Madrid para trabajar sobre un enfoque holístico del funcionamiento y manejo de las reservas de la biósfera; en dicho estudio se seleccionó a España por ser uno de los países con más de 6 millones de hectáreas protegidas.

Para llevar a cabo este trabajo se cuenta con la asesoría de los académicos Raimundo Jiménez Ballesta, de la  Universidad Autónoma de Madrid, y Francisco Jesús García Navarro, de la Universidad de Castilla-La Mancha, en el análisis sobre conservación y gestión ambiental, en el marco de políticas, legislación y  estrategias internacionales.

Cabe mencionar que el dicho equipo de investigación ha realizado otros estudios ambientales en regiones como como Cuetzalan, Zacapoaxtla, Teziutlán, Cofre de Perote–Pico de Orizaba, los parques nacionales Izta-Popo y La Malinche, así como la Reserva de la Biósfera de Tehuacán-Cuicatlán.

 

Editado por: Joselyn Furlong

Foto: Especial

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