Por Carlos Ramírez
En sus posicionamientos ante agendas específicas, Aurelio Nuño Mayer y Manlio Fabio Beltrones Rivera resultaron lo mismo: la política del poder y no el poder de la política. El primero se estrenó en la política de a deveras con el cargo de secretario de Educación Pública y el segundo hizo una carrera escalafonaria rumbo a Los Pinos, pero los dos salieron destripados.
El error estratégico de los dos fue el de jugar dentro de los linderos del sistema político priísta, pero con un sistema político ya no-priísta. Nuño usó la fuerza policiaca del gobierno para atender un problema que había comenzado con los actuales protagonistas justo en el año en que él nació, 1977, aunque venía de muy atrás: el conflicto magisterial de 1956-1958. La estrategia de Nuño ignoró la historia política del conflicto.
Beltrones también fue víctima de su propio calendario político: ingreso a la política priísta en el conflictivo año de 1968 –prefirió el establishment ante la protesta juvenil contra el establishment– encontró a su sensei político Fernando Gutiérrez Barrios en la Subsecretaría de Gobernación encargada de la seguridad nacional en 1977 –año del colapso real del sistema político y del giro conservador– y tuvo su primer cargo político en 1982 como diputado federal ya como parte de la élite neoliberal salinista.
Nuño se forjó en la asesoría en el congreso y luego en Los Pinos, aunque no en el estudio de las opciones –la verdadera función de una asesoría– sino en la operación de decisiones tomadas justamente a partir de las no-opciones. Nacido en 1977 –inicio del lopezportillismo en rumbo de colapso sistémico–, ingresó al servicio público en el 2000, año de la alternancia que se construyó a golpe de avances políticos desde 1968, al incorporarse al equipo económico encargado de consolidar el modelo neoliberal. Su verdadera tarea se inició después de la derrota del PRI, aunque sin explorar las razones de la alternancia.
Beltrones se fijó una biografía personal a partir de lo aprendido en procesamiento de la información política con Gutiérrez Barrios, pero siempre sometido a la disciplina de grupos: Carlos Salinas de Gortari, Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo y Roberto Madrazo Pintado. Su proyección política se dio al derrotar a la poderosa líder magisterial Elba Esther Gordillo ya el SNTE fuera del PRI y ella aliada a Vicente Fox y Felipe Calderón. Beltrones la aplastó en el Congreso y obligó al PAN a negociar con el PRI madracista.
Capacitado en administración pública, Nuño se incorporó al equipo de Peña Nieto en la campaña y luego en la oficina de la presidencia. Pero esta oficina había perdido el rumbo por el desgaste de los cinco años de Joseph-Marie Córdoba Montoya en el salinismo. Desde ahí fue parte del equipo negociador del Pacto por México. Su forma de trabajar era direccional, sin evaluar opciones, verticalista; es decir, funcionalista. Asimismo, tuvo que ver en el diseño de la política de comunicación social del gobierno y del presidente, sin duda uno de los grandes fracasos presidenciales.
Beltrones operó como el virtual vicepresidente de la república panista del 2000 al 2012 para dar cauce a las reformas neoliberales que estaban también en el radar del PRI neoliberal y llegó al PRI para salvar las elecciones. Nuño fue a la SEP a someter a los maestros disidentes. Los dos perdieron por una falla común: la arrogancia del poder.
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Política para dummies: La política es el gobierno de la real politik.
Sólo para sus ojos:
• La intervención de Miguel Angel Osorio Chong logró reencauzar el conflicto magisterial que había potenciado la estrategia de Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación. Y la designación del próximo presidente del PRI pasará por Gobernación.
• Mano a mano entre López Obrador y Miguel Ángel Mancera. Habilidoso, el tabasqueño le puso una trampa política al jefe de gobierno: para donde se mueva, va a perder; si no deja entrar a Morena al zócalo o si la deja entrar, al final gana López Obrador.
• La CNTE no es una organización sindical sino un movimiento social. Ahí falló Aurelio Nuño Mayer.
• Datos de traiciones internas en el PRI ha comenzado a conocer Manlio Fabio Beltrones, aunque demasiado tarde. Lo peor: ya le habían insinuado algunas, pero el sonorense se cerró y se aisló. Si acaso, le espera una senaduría priísta por doce años, su cementerio de elefantes.
• Los ajustes en las alianzas presidenciales van a requerir de algunos cambios en el gabinete. Peña Nieto se encuentra como el entrenador de la selección Juan Carlos Osorio luego del 0-7 contra Chile.
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