Por Carlos Ramírez

Luego de los primeros estragos en España de la crisis estadunidense en 2008, el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero escogió el camino de desconocer esa crisis suponiendo que así no pasaría por España. En las elecciones del 2011 el Partido Popular de Mariano Rajoy le quitó el gobierno con 180 diputados, arriba de la mayoría absoluta.

Pero el problema español y europeo no se resolvió quitando a un partido en el gobierno o saliéndose de la Unión Europea, sino que debe comenzar por entender que la región pasa por una crisis de modelo de desarrollo: antes de la UE, las naciones tenían sus modelos derivados de experiencias propias; hoy las estrategias de desarrollo las diseña la UE bajo el control de Alemania para consolidar el neoliberalismo como estrategia de desarrollo.

Hacia el 2010 el prestigiado economista Ramón Tamames irrumpió en un evento público, se acercó a Rodríguez Zapatero y la aconsejó que diseñara una nueva generación de los Pactos de la Moncloa de 1977 que relanzaron el modelo de desarrollo de Europa en el contexto de la transición a la democracia encabezada por Adolfo Suárez. Zapatero abanicó a Tamames.

Pero Tamames sabía de lo que hablaba. En 1977 Suárez entendió que sin un nuevo modelo de desarrollo sería imposible la transición del franquismo a la democracia. Por eso convocó a todos los partidos para diseñar ese modelo de desarrollo. Tamames participó como representante del Partido Comunista, pero siempre con todas confianzas de Suárez. Una vez terminado el proyecto, el resultado fue un paquete escrito de diez pilas de documentos de un metro cada una. Suárez le encargó a Tamames un resumen y ésos fueron los Pactos de la Moncloa. En el 2010 Zapatero se negó a pensar siquiera en ello y tuvo que abandonar el gobierno dejando quebrada a España.

En el escenario del resultado electoral del 26 de junio, Tamames publicó el martes en el periódico La Razón de Madrid un artículo planteando de nueva cuenta una segunda generación de Pactos de la Moncloa. Y tiene razón: la crisis española se ha profundizado al abandonar la estrategia de los acuerdos pactados para redefinir el desarrollo. Las políticas neoliberales son reactivas a desequilibrios macroeconómicos tratando de tapar hoyos pero abriendo otros: bajan inflación disminuyendo salarios y gasto social, pero aumentan la marginación.

En 1977 España encaraba un problema de inflación pero también el agotamiento del modelo de desarrollo del franquismo: libertad empresarial y control sindical. Para bajar la inflación se aplicó la doctrina neoliberal de controlar salarios, pero se negoció con los sindicatos una política fiscal de cobertura social. El neoliberalismo español hoy baja las presiones inflacionarias sin buscar políticas de cobertura social.

El orden social, político y económico creado por la transición democrática 1976-1978 ya se agotó por nuevas fuerzas sociales y la dinámica neoliberal de la UE. El problema en España radica en atender la inestabilidad macroeconómica pero con equilibrio social. La transición democrática hubiera fracasado de no haberse diseñado los Pactos de la Moncloa. El PSOE y el PP en el gobierno han decidido al margen de los equilibrios de poder, pero dos nuevas fuerzas liquidaron el bipartidismo.

Más allá de lo electoral, el problema de España es de modelo de desarrollo y sólo lo pueden redefinir una segunda generación de los Pactos de la Moncloa: o neoliberalismo o desarrollo social.

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Política para dummies: La política es la modestia de reconocer lo positivo del pasado para no cometer los mismos errores.

Sólo para sus ojos:

•    La capacidad de gobernabilidad de Europa se rompió con la aparición de movimientos sociales antisistémicos o al margen del sistema. Pero se negocia con ellos o se les reprime.

•    La negociación de un gobierno en España parece inevitable que le permita gobernar al PP, pero PSOE, Podemos y Ciudadanos le están encareciendo la factura.

•    La gran incógnita en España es que a partir de ahora, con cuatro fuerzas partidistas, serán imposibles las mayorías absolutas y la conformación de un gobierno no puede seguir pasando por dos o tres rondas de votaciones que al final tampoco garantizan mayorías absolutas. Esta será la reforma política de la transición de 1976-1978, una reforma inevitable.

•    Comienza a crecer en Europa el apoyo a los maestros de Oaxaca, sin que la diplomacia opere control de daños políticos.

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