Por Eduardo García Anguiano

Las personas casadas, en unión libre, en pareja o madres solteras, tienen derecho a pedir que sus menores tengan en primer lugar el apellido materno.

En nuestro país los nombres van seguidos de dos apellidos, primero el paterno y luego el materno. Si partimos de que la familia tradicional se compone de padre, madre y descendencia, suena congruente, sin embargo, el desarrollo de la sociedad ha cambiado esa condición y muchas familias ya no se integran de esa manera; veamos un caso.

Jessica Reinah Serrano, madre de la menor Amelie, informó de la obtención de la primera orden judicial en Puebla para que su apellido vaya en primer lugar en el acta de nacimiento de su hija y en segundo el del padre.

Como madre soltera registró a su hija Amelie Reinah Serrano con sus apellidos, pero año y medio después el padre reconoció a la menor y cambió el Acta de Nacimiento por Amelie Corro Reinah.

Jesica Reinah solicitó a la justicia federal que su hija conservara su identidad a pesar de ser menor de edad, pues ya la tenía con el derecho de portar un nombre y apellido desde su nacimiento.

Fue entonces que la sentencia del proceso 1977/2015 del Juzgado Quinto de Distrito, señaló que ambos debían asistir junto con la menor para hacer la inscripción de una nueva acta así: primero el apellido materno y luego el paterno. A saber la orden judicial es caso único en México.

Se abrió una brecha a muchas mujeres que están en la misma situación: la de tener un reconocimiento y no sólo los hombres; fue un asunto de igualdad y no discriminación de género.

El poeta y dramaturgo alemán Friedrich Schiller expresó: “No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos”.

 

        @EGAnguiano
 

 

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7. 

incendios forestales