Lo ocurrido en la mañana del pasado 19 de junio en Nochixtlán, Oaxaca, era una acción esperada, esto, tras varios días de carreteras tomadas y advertencias sobre escasez de gasolina y alimentos; los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) generaban cada vez más violencia y se alejaban cada vez más del diálogo con el gobierno estatal o federal.

La petición era una sola, dar marcha atrás a la reforma educativa implementada por el gobierno del presidente mexicano Enrique Peña Nieto. Sin embargo, ningún líder magisterial ni quizá del gobierno federal calculó que el primer enfrentamiento dejaría entre seis y ocho muertos, además de decenas de heridos.

Tras desalojar la carretera Tehuacán-Oaxaca, agentes de la Policía Federal (PF), ingresaron a esa ciudad para retomarla y poder terminar con las intenciones de la coordinadora magisterial. Sin embargo, se registró un enfrentamiento entre las autoridades y los maestros que finalizó con la muerte de seis personas, 53 civiles heridos y 41 policías federales lesionados.

¿Qué pasó? ¿por qué salió todo mal? Bueno esto es multifactorial. Es cierto que hubo una violación a los protocolos que la Policía Federal tiene en la materia (Manual de uso diferenciado y progresivo de la fuerza, que guía sus operativos), sin embargo, también es cierto que individuos que se encontraban en la manifestación y de los cuales aún no se define su afiliación dentro del conflicto, dispararon en contra de elementos policiales, escalando el nivel de fuerza necesario para poder controlar la situación.

Le guste a los críticos de toda acción por parte del Estado, la verdad es que sí hubo disparos en contra de la Policía Federal, tan cierto es que hay elementos lesionados por proyectiles de armas de fuego ¿o acaso creen que los policías se dispararon entre sí para justificar su actuar? Pero ¿Cómo evitar que sigan ocurriendo estos lamentables acontecimientos donde resultan daños colaterales imperdonables como la pérdida de vida de terceras personas ajenas a los acontecimientos?

Es muy importante el que se comprenda por parte de la sociedad civil que aún no existe de forma concreta y real una “Carrera Policial” y esto genera una gran rotación del personal; generando, por consiguiente, que sea muy complicado llegar a capacitar a todo el personal porque existen lugares, como en muchos municipios de México, donde las personas se vuelven policías por tan sólo tres años. Lo anterior, debido a amiguismos, compadrazgos o compromisos políticos. Así es como los cientos de miles de pesos que del erario se gastan para formar y profesionalizar al personal policial se ven desperdiciados.

Otro punto importante para que los protocolos del uso de la fuerza funcionen, es que se hace necesaria una campaña a nivel nacional donde se le informe a la ciudadanía cuáles son sus derechos, sus obligaciones pero también los derechos de los uniformados y sus obligaciones. Así como se oye, ¿por qué? porque desgraciadamente, la mayoría de la ciudadanía, en lugar de investigar las leyes aplicables en la materia, se informan con abogados no especialistas en la función policial, o con reporteros de poco o nulo conocimiento real en la materia, generando que la ignorancia respecto a lo legalmente establecido en la materia, crezca como una bola de nieve (Ojo! Que un reportero se dedique a la nota policial, no lo hace experto en la función antes mencionada).

Y si a lo anterior le aumentamos que las redes sociales en la mayoría de los casos desinforma más de lo que informa, nos da como resultado ciudadanos “expertos” en el uso de la fuerza, por tres videos que han visto en YouTube o porque escucharon a un reportero verter un comentario en pro o en contra de un actuar policial en concreto.

Antes de realizar una crítica, un análisis o una opinión, lo importante es tener una idea informada de lo que ocurre y no expresar ideas por moda, o por querer pertenecer a lo que ya anteriormente he denominado como los “intelectuales de Starbucks” que critican al sistema desde su “Ipad”, en compañía de un “latte deslactosado”.

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Experto en el tema de seguridad y pandillas.