Foto: TheDailyBeast
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El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu aseveró que aquellos que vayan en contra de su país asumirán costos diplomáticos y económicos; por ahora ha prohibido a sus ministros trasladarse a los países que votaron en favor de una resolución de ONU.

Lo anterior,ocurre luego que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobara con 14 votos a favor y la abstención de Estados Unidos la resolución que condena los asentamientos israelíes en territorio palestino, pues lo califica de “ilegales y  una violación a la ley internacional”.

El documento establece la obligación de Israel de apegarse a sus responsabilidades legales establecidos en la Cuarta Convención de Ginebra; además condena “la construcción y expansión de los asentamientos, la transferencia de los mismos, la confiscación de la tierra, la demolición de infraestructura palestina y el desplazamiento de los nacionales palestinos”.

Además reprueba los actos de terror cometidos contra civiles por lo que solicita a Israel prevenga de actos de violencia contra palestinos, así mismo insta al cese de la construcción de asentamientos.

 

Dos estados, no será posible

El acuerdo promovido toma en cuenta que la transición a dos Estados no será posible si no se revierten las tendencias de actuación israelí.

Por lo que Netanyahu ha convocado a los ministros de los países que han votado en favor de la resolución y les ha expresado su preocupación ante sus votos, lo anterior en el marco de un  paquete de acciones que el primer ministro ha solicitado al Ministerio de Exteriores que incluye un análisis de la participación en la ONU respecto a sus contribuciones y sus representantes hasta que Donald Trump asuma la presidencia.

Tanto los países que promovieron el documento Malasia, Nueva Zelanda, Senegal y Venezuela, como Angola, China, Egipto, Francia y Rusia entre otros forman parte de la lista a los que no se les permite viajar a los burócratas israelíes.

Cabe mencionar que desde 1979 no se adoptaba una resolución que condenara la actuación de Israel, cada vez que un documento que culpase a Israel intentara ser aprobado en el Consejo, era vetado por Estados Unidos, por lo que el gobierno de Israel ha considerado su abstención como un “golpe”.

Así mismo, el primer ministro de Israel ha dicho que “la decisión fue sesgada y vergonzosa pero la resistiremos, tomará tiempo pero la anularemos”.