Alejandra López/La Jornada de Oriente

Las empresas mineras en nuestro país tienen el doble de volumen concesionado de agua que las empresas embotelladoras. Grupo México tiene las concesiones más grandes. Esta tendencia del gobierno federal a favorecer a los megaproyectos pone en riesgo tanto el derecho humano al agua para satisfacer las necesidades más básicas, como la producción soberana de alimentos, afirmó el investigador Gian Carlo Delgado durante la primera sesión del 2do. Foro del Agua, celebrada en el auditorio de la presidencia municipal de Quecholac. Esto es doblemente preocupante, estableció el académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), porque las empresas embotelladoras gozan del privilegio de extraer agua de los acuíferos que están en el mayor grado de veda.

Al inaugurar el evento, el presidente municipal de Quecholac, Néstor Camarillo, lamentó que ningún otro de los alcaldes que están incluidos en el acuífero de Tecamachalco hubiese aceptado la invitación al evento y dijo que el tema solo se utiliza como “propuesta campañera”. Agregó que es necesario enfrentar firmemente el problema. En ello coincidieron los representates de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, la Comisión Nacional Forestal y la Comisión Nacional del Agua. Estuvieron también presentes en el presidium del evento, representantes de la Universidad Autónoma de Pubela y de la Universidad Tecnológica de Tecamachalco.

Delgado, quien es investigador titular del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, estableció un panorama general de la explotación del agua en México. Destacó que en amplias regiones del país se registra el fenómeno del estrés hídrico, pese a lo cual aumenta el volumen de aguas concesionadas. Diagnósticos oficiales de Conagua para aguas superficiales y subterráneas indican que en términos reales más del 80 por ciento del país está sujeto a la veda. Los modelos de administración y aprovechamiento de este bien, incluyendo la falta y opacidad en la información con la que se toman las decisiones, han desembocado en la mala calidad del recurso, la desigualdad e inequidad en su distribución y aprovechamiento, y el consiguiente surgimiento y empeoramiento de conflictos en torno al agua.

Como ejemplo, Delgado expuso que en México una cuarta parte del salario mínimo debe ser destinado a la compra de agua para beber, aparte de que sea obligatorio pagar el servicio de agua potable en las ciudades. México es el país con mayor consumo de agua a nivel individual y global.

En el campo, la demanda mayor de agua es para usos agrícolas. El cambio de uso de suelo hacia la urbanización y la industrialización disputa su aprovechamiento. En el valle de Puebla, dijo el investigador, el déficit del líquido, mediado entre recarga, aprovechamiento y disponibilidad, es de 58 millones de m3 anuales.

Megaproyectos y la disputa de líquido

Delgado destacó la presión que representa facilitar las concesiones de aprovechamiento de agua para envasadoras, refresqueras y cerveceras. Añadido a ello, alertó que los proyectos extractivos (minería, fracking), se van constituyendo como una actividad que irá disputando cada vez más el uso del agua, tanto para su operación misma como para la edificación de la infraestructura necesaria.

Finalmente, propuso participar en el impulso a la ley ciudadana de aguas que grupos de organizaciones e investigadores han elaborado con el fin de garantizar el uso del agua como bien social y derecho humano y no como mercancía, una contrapropuesta a la llamada “Ley Korenfeld”, que buscaba asegurar la entrega del aprovechamiento del líquido por encima del interés de los usuarios.

En su turno, Marcos Adrián Ortega, doctor en geohidrología del Instituto de Geociencias de la UNAM, fue contundente en su crítica a la forma como la Conagua hace sus estimaciones sobre la disponibilidad de agua de los acuíferos. Ello obedece, señaló, a que Conagua se basa en falsos coceptos, lo que explicó profusamente con gráficas de cómo se comportan los acuíferos en realidad y no como cree la dependencia federal que es. “Esto los lleva a hacer planeaciones de forma equivocada”, e insistió en que “el balance de agua que propone Conagua no es cierto”, ni los conceptos derivados de él.

Dio a conocer que los suelos deteriorados en las áreas de recarga natural de los acuíferos no se reponen tan simplemente como lo sostienen las autoridades, porque aunque se reforeste en zonas que han perdido sus suelos, estos –que son el factor clave en la infiltración- tardan en recuperarse cientos y a veces miles de años.

Ortega recordó que hubo sesiones del Senado, consignadas en su Gaceta oficial, en la que se estableció que el problema más grave de los funcionarios que manejan en agua es la corrupción.

Hubo varias intervenciones de funcionarios del Consejo de Cuenca y de Conagua para informar a los campesinos, quienes constituían en su mayoría el auditorio, las ofertas programáticas de las dependencias.

Este Foro continúa hoy miércoles en la sede de Tecamachalco.

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