Por Redacción

El investigador de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la BUAP, Lorenzo Díaz Cruz, logró que su propuesta teórica fuera tomada en cuenta por científicos para experimentos en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC).

Con su investigación, la cual es citada en el artículo oficial del Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), sobre el experimento en cuestión, se abriría la brecha para nuevas observaciones que podrían dar la pauta para llegar a una comprensión de los cabos sueltos del Modelo Estándar.

Planteó que el bosón de Higgs decae a tau y anti-muon, a diferencia de la teoría estándar que sostiene que esta partícula decae a pares de leptones del mismo sabor, como tau y antitau, o muon y antimuon, o electrón y antielectrón. Es decir, el Higgs decae a partículas del mismo tipo.

Lo  anterior como la aniquilación de la antimateria en los primeros instantes del Universo, que se ha encontrado en el laboratorio pero no en éste, y la materia oscura, pues se sabe que con la materia luminosa conocida no es posible explicar el comportamiento completo de las galaxias.

Con cerca de 25 años de investigación en la Física de partículas o de altas energías, en el 2000 propuso una nueva forma de decaimiento de la partícula o el bosón de Higgs, con la cual se viola uno de los principios del Modelo Estándar: la conservación del número leptónico.

De ser validada por los científicos del CERN, su propuesta desecharía las bases sobre las que se edifica el Modelo Estándar de la Física de partículas, es decir, demolería los sólidos esquemas de la Física actual.

Su trabajo sobre dicho proceso le ha permitido impartir conferencias en los centros de investigación más importantes del mundo.

El artículo sobre su trabajo cuenta con 79 citas según Inspires, el sistema de información de Física de altas energías, que combina contenidos de la base de datos Chapiteles, curada por el Sincrotrón Alemán de Electrones (DESY), el Laboratorio Nacional Fermi (Fermilab), The SLAC National Accelerator Laboratory, con la tecnología de la biblioteca digital Invenio, del CERN.

 

Foto: Cortesía BUAP

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