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Cartas a Gracia

Senadoras y senadores del bloque opositor cuestionarían la lectura de la glosa del tercer informe de gobierno que presentara el 16 de noviembre, Delfina Gómez Álvarez, jefa de la oficina educativa de la administración pública federal ante la Comisión de Educación de la Cámara de Senadores; exposición cuestionada “parcialmente” por aliados en tanto que algunos correligionarios la habrían defendido a ultranza. De las opiniones, resaltarían la defensa de la autonomía universitaria que hiciera Beatriz Paredes; la opinión y la denuncia del adeudo generado por el programa Escuelas al Cien de la administración de Enrique Peña Nieto, al que Gilberto Guevara Ruiz tachara como un nuevo Fobaproa; y los cuestionamientos de las políticas públicas, claramente sintetizados por Guadalupe Magaña, representante del Partido Acción Nacional.

Joel Padilla Peña representante del Partido del Trabajo reclamaría el incumplimiento del tercer compromiso de los 100 que formularía el titular del ejecutivo federal como parte de su programa de gobierno, de los cuales solo estarían pendientes dos. Padilla señalaría que “a tres años del compromiso”, no se ha cumplido con la regularización de los Cendis, denuncia a la que añadiría otra más relacionada con interpretaciones de un convenio, que impedirían que “5 400 voluntarios” cobraran 4 meses de estipendio Gracia. Y, aunque no siguiera el orden de exposición, querría adelantar la participación que hiciese Gilberto Herrera Ruiz, senador de minoría por Morena representando al estado de Querétaro, ex Rector de la Universidad Autónoma de esa entidad y profesor-investigador de la misma institución y destacado científico con residencias en dos países y quien, cual paladín justiciero Gracia, trataría “de acompañar a la maestra, dado que ella secretaria de todos los mexicanos” no puede hacerlo y en ese tenor, contestaría alusiones que señalarían “que México vive hoy, una tragedia educativa” y que una escuela del Programa la Escuela es Nuestra construida por padres de familia, se había siniestrado; calificando a las políticas públicas del actual régimen como resarcitoria y favorables de los más pobres y comparando el accionar del gobierno actual con el anterior. Para ese balance, aludiría a dos programas; el primero de la administración precedente: Escuelas al Cien, y el segundo: la Escuela es Nuestra del actual gobierno. Escuelas al Cien habría invertido en 2019, mediante la compra de deuda, 31 mil millones de pesos en 22 566 escuelas y Escuelas de Tiempo Completo, 12 mil 280 millones de pesos en 56 486 escuelas.

Las diferencias serían notables Gracia, tanto en inversión como en atención de escuelas, ya que Herrera ponderaría la entrega de recursos presupuestales con los que padres de familia atenderían a casi 60 mil escuelas frente a una “inversión en total de 50 mil millones de pesos”, depositados en la bolsa de valores a través de certificados de inversión manejados por un fideicomiso “del cual se va a pagar en los próximos 25 años, o sea que la inversión que se hicieron en la escuelas al Cien, es un dinero que no se pagó en ese sexenio hoy se está pagando ahorita”. Recursos que ascenderían a “seis mil 800 millones de pesos por 25 años, casi más de la mitad de lo que se está destinando a La Escuela es Nuestra, este año”.

La aludida por Herrera y que la habría precedido en la segunda ronda, María Guadalupe Saldaña Cisneros, senadora por el Partido Acción Nacional y secretaria de la Comisión de Educación de la Cámara de Senadores, referiría en su intervención “que, en materia educativa, nuestro país vive una tragedia silenciosa. En salud, las consecuencias se ven inmediatas, en educación las vamos a ver a mediano y a largo plazo y de no corregir, será grave, muy grave lo que se avecina”. A Delfina le espetaría la falta de una estrategia integral “que afectara a los más pobre del país”, el rezago en los aprendizajes esperados; la falta de la prueba diagnóstica que debería realizarse en agosto y en septiembre de acuerdo a lo anunciado; la carencia de capacitación a los docentes en materia socioemocional; la falta de transparencia y recursos con la que se maneja la Unidad del Servicio de Carrera para Maestras y Maestros; y, cuestionaría los números que ofreciera la titular de la oficina educativa en materia de basificación, lo mismo que la eficacia de la becas “que no están funcionado” dado que a la fecha “solo la mitad de los alumnos ha regresado a clases” bajo la modalidad híbrida (semana o días de clase, por semana o días de “vacaciones”), la desaparición del Programa Escuelas de Tiempo Completo afectando a “400 mil niños”, lo mismo que la eliminación del Instituto Nacional de Infraestructura Física y el recordatorio: “Se cayó en San Luis la techumbre de una escuela”, y se daría tiempo para señalar la conculcación de los derechos laborales de los Apoyos Técnico-Pedagógicos. Concluiría su intervención con una lapidaria frase: “En educación están reprobados”.

Una sobria Beatriz Paredes, ex -entre otros cargos- Gobernadora de Tlaxcala, haría un llamado a la defensa de la autonomía universitaria y el rechazo a la descalificación vertida en contra de la UNAM y alertaría “sobre prender el avispero”, al tiempo que al solicitar una explicación metodológica sobre la elaboración de los libros de texto; rechazaría de manera implícita su ideologización, y finalmente preguntaría sobre lo que aprendieron niñas y niños bajo la forma híbrida. A Beatriz se le adeuda por la limitación que impone el espacio que te dedico todas las semanas Gracia.

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