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El 14 de noviembre, el diputado federal y líder del Movimiento Antorchista en el Estado de México, Doctor en Economía Brasil Acosta Peña, desde la tribuna de la Cámara de Diputados denunció que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022, propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador y aprobado por los diputados de Morena y sus aliados políticos, olvidó a los más pobres de este país, a esos mismos que ellos prometieron defender en los discursos de sus campañas políticas.

En un inteligente discurso, Brasil Acosta sostuvo que el PEF 2022 aprobado por Morena olvidó a los pobres: “los dejan sin drenaje, sin agua potable, sin electricidad, sin apoyo a la vivienda, sin apoyo a las escuelas; abandonan a su suerte a la gente y dejan sin medicinas a los niños con cáncer y sin vacunar a los menores de 18 años y siguen teniendo a este país con precios elevadísimos que afectan a los productos de la canasta básica, porque la inflación ha subido 6.8 por ciento”. Los diputados morenistas actúan sin reflexión y perfeccionaron “el levantadedismo” que aprueba lo que ordene el jefe de la nación o, como ellos lo llaman, su mesías.

El Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 nos dice en qué se gastará el gobierno, durante el próximo año, el dinero que le ingresará y que suma un total de 7 billones 88 mil millones de pesos. El PEF 2022 nace, por lógica, de los ingresos del gobierno y es, obviamente, un dinero propiedad de todos los mexicanos. Esto quiere decir que el PEF debería resolver, en primer lugar, las necesidades de los mexicanos, como vivienda, escuelas, comunicaciones y mejoramiento integral de los pueblos y colonias que ayuden a que los 97 millones de pobres tengan una vida mejor. Por lo que dejar fuera de ese gasto esas obras populares es un crimen imperdonable. Eso hizo AMLO y así se lo aprobó Morena en la Cámara de Diputados.

A principios de 2019, después de asumir la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador dijo que nuestro país entraría en una supuesta etapa “posneoliberal” que él inventó. “En el libro de 190 páginas que [supuestamente] escribió durante los primeros meses de su gobierno [Hacia una economía moral], el presidente sostiene que el modelo neoliberal que inició con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari y se extendió durante los siguientes cuatro sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, se disparó la desigualdad en el país y el desequilibrio entre ricos y pobres se profundizó como nunca”, Diario Milenio, 21 de diciembre de 2019. Y en su ignorancia AMLO dijo que “estamos ante el fin del neoliberalismo”. La duda es: ¿es cierto esto? ¿Ya se murió el neoliberalismo en México? ¡Eso es falso! Lo cierto es que el gobierno de Morena cumple con todas las órdenes del neoliberalismo. En Economía para el 99 por ciento de la población, el especialista Ha-Joon Chang señala como características principales del neoliberalismo la reducción del gasto público, la reducción de impuestos a las personas ricas para impulsar una “economía de la oferta”, bajo la teoría de la filtración descendente, también conocida como “teoría del derrame”. El Doctor en Desarrollo Económico Abel Pérez Zamorano, en “Austeridad que mata”, un artículo del 27 de mayo de 2021, escribió que “engañosamente nos venden la idea de que México tiene un enorme gasto público y social, pero en la realidad esta tesis no se sostiene”. Y ejemplifica. En 2020, el gasto público (% PIB) de algunos países fue: Francia 62.1, Finlandia 56.7, Canadá 52.4, España 52.3; en México, apenas 29.1 (Banco Mundial 2020). En gasto social (OCDE): Francia 31.2, Dinamarca 28, Alemania 25.1, Estados Unidos 18.7, Chile 10.9; México, 7.5%. La Jornada, diario defensor de la 4T, el 26 de noviembre de 2020 publicó: “México es el país con menor gasto social entre los países de la […] OCDE), incluso por debajo de otros países de América Latina como Chile, Colombia y Costa Rica, reportó el organismo. El gasto público de México en pensiones, servicios de salud, de sistemas de cuidado a infantes, a desempleados, a educación, entre otros, alcanzó 7.5 por ciento del producto interno bruto (PIB), menos de la mitad del promedio de 20 por ciento en la OCDE”. Expansion.com señaló: “En 2020 el gasto público per cápita en México fue de 2,454 dólares por habitante. En 2019 fue de 2,603 dólares [y] ha descendido en 149 dólares. Si miramos diez años atrás vemos que entonces el gasto público por persona era de 2,571 dólares. México se encuentra en el puesto 83 de los 190 publicados.

¡Vivimos en plena era neoliberal!, pese a las órdenes y libritos de López Obrador. Veamos otros datos: dineroenimagen.com, del 16 de septiembre de 2020, sostiene que en el IMSS la reducción presupuestal fue de 1.8 por ciento anual real, que el recorte al gasto en medicamentos del ISSSTE fue del orden de 2.1 por ciento, “para el resto del sector público federal una reducción de 20.3% real anual”. El Financiero, del 25 de mayo de 2021, afirmó que en “el ciclo escolar anterior, 27 por ciento de los planteles de educación básica y 22.8 por ciento de las escuelas de educación media superior carecieron de agua potable, mientras que 17.3 por ciento de las escuelas de educación básica y 15.8 por ciento de las escuelas de nivel medio superior no contaron con sanitarios. A estas carencias se suma la austeridad, ya que el presupuesto para infraestructura educativa en 2021 equivale a […] 51.5 por ciento menos en términos reales que el asignado en 2020”. El Sol de México, del 1º de agosto de 2020, reportó: “En el cierre del primer semestre de 2020, de acuerdo con el reporte semestral del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), Educación sufrió una reducción de 5.34 mil millones de pesos en su gasto, mientras que Seguridad Pública ejerció 2.84 mil millones de pesos menos de su presupuesto programado”. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador reduce el gasto para obras y servicios que beneficien a los mexicanos humildes.

Antorcha exige que todas las colonias populares y los pueblos tengan luz eléctrica, alumbrado público, agua potable, pavimento en sus calles, banquetas, jardines, parques que los embellezcan, que todas las escuelas tengan pupitres, espacios deportivos y de artes dignos, bibliotecas, laboratorios, sanitarios y todo lo que una escuela modelo necesite. Que las ciudades mejoren su infraestructura y que los pueblos dejen de estar olvidados. Exigimos una cosa: que el gobierno se gaste el PEF 2022 en beneficio de todos los mexicanos y, sobre todo, de los mexicanos pobres. Pero AMLO está en contra de eso y con ello afecta a un país entero. Será necesaria, una vez más, la lucha antorchista para lograr las obras que los pueblos necesitan.

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