Por su tamaño y tonos, cempasúchil de Cholula, de las más preferidas
Por su tamaño y tonos, cempasúchil de Cholula, de las más preferidas. Foto: Alexis Lira/Ángulo 7
Por su tamaño y tonos, cempasúchil de Cholula, de las más preferidas
Por su tamaño y tonos, cempasúchil de Cholula, de las más preferidas. Foto: Alexis Lira/Ángulo 7

Luis y Eduardo Tolama son parte de la tercera generación de su familia que año con año produce la flor de cempasúchil en San Pedro Cholula, la cual es una de las más apreciadas debido al tamaño de sus pétalos y lo vibrante de sus tonos.

Desde hace dos semanas, como cada temporada de Día de Muertos, comienzan a laborar desde las 7:00 horas, dirigiendo la jornada y a los 25 trabajadores en los terrenos de la junta auxiliar de Santa Bárbara Almoloya, ubicados entre los límites de San Pedro Cholula y Coronango, en donde también se siembra el Girasol, la Nube, Gladiola y Alegría.

En tres camionetas, con machetes, guantes y botas, llegan los trabajadores provenientes de San Sebastián Villanueva, municipio de Acatzingo, quienes laborarán hasta el fin de la temporada, el próximo 1 de noviembre, con el objetivo de producir hasta mil manojos de cada día.

De acuerdo con Luis Tolama, es necesario que gente de otros municipios vaya a trabajar la tierra porque es muy difícil encontrar trabajadores en San Pedro Cholula, ya que el interés de cosechar la flor de cempasúchil se ha ido perdiendo con las nuevas generaciones.

Contó que para obtenerla, se necesitan más de tres meses, comenzando desde julio, en un proceso que implica trasplantar la semilla y con riego constante para mantener la tierra húmeda.

Para la cosecha, es necesario cortar no tan largo el tallo usando un machete y luego, agruparlas en un ramo en forma de hongo que pesa entre 15 y 20 kilos; de esta manera se evita que las cabezas se rompan mientras es transportada.

A diferencia de la flor de otras regiones, la de San Pedro Cholula se caracteriza por “tener un color naranja más vibrante y menos opaco, las hojas más grandes y abiertas, además de un tallo grueso”, haciendo que sea una de las preferidas para la gente que sale a comprar en estas fechas y una de las más importantes del país.

Con su trabajo de cada año, logran exportar la flor a diferentes regiones, no solo a Puebla, como a la Central de Abasto en la Ciudad de México, además en el Estado de México y en Monterrey.

Ven aumento en esta temporada

Aunque la región se caracteriza por la producción de esta flor, comentó que a causa del aumento de la mancha urbana, alrededor del 70 por ciento de los terrenos dedicados a esto se han perdido en los últimos 20 años; “en los terrenos donde se sembraba la flor ya hay muchas casas y construcciones, los cultivos ya no son tan amplios como antes”.

Además, el cierre de los panteones en el último año por el Covid-19 provocó una caída del 50 por ciento de los precios por manojo, llegando a venderse en 40 pesos cuando su precio normal es de 80 pesos; sin dejar de lado la venta de las macetas que ha aumentado haciendo que la gente se incline más por esta modalidad.

“No estamos en contra de la venta de la flor en maceta, porque gracias a dios para todos debe de salir, pero creo que hay que apoyar más la venta en manojo, es un trabajo artesanal, además hay menos contaminación, en cada ramo podemos sacar hasta 10 macetas, ¿Cuántos envases de plástico no se ocupan?”, manifestó Eduardo.

A pesar de lo anterior, tienen esperanza porque esta temporada deje una alza en el precio y la demanda, ya que solo así podrán mantener la producción, además de continuar con esta labor familiar.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *