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Abollón al gabinete municipal: denuncian a Michel Chaín por violencia de género

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que las denuncias de violencia de género vuelven hacerse presentes en la vida de Michel Chaín Carrillo, quien el viernes asumirá la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano del ayuntamiento de Puebla a invitación del presidente municipal electo, Eduardo Rivera Pérez.

Se sabe que este lunes una de sus exparejas, de nombre Elia Rojas Villalpando, acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) para acusarlo por hechos ocurridos el 21 de junio de 2017, cuando Chaín era secretario de Desarrollo Económico del estado.

Quien lo denuncia es la vicepresidenta del colectivo Yo Alzo la Voz, quien hace cinco días se quejó en redes sociales del nombramiento de Michel Chaín como futuro integrante del ayuntamiento de Eduardo Rivera.

Desde su cuenta de Twitter @elivillalpando escribió: “¿No que ningún violentador de mujeres en su gabinete Presidente @eduardorivera01?” Y al día siguiente remató: “Pues yo no era feminista. Hasta el día que me madrearon”.

Antes de esta denuncia, Michel Chaín ya había sido objeto de otra querella presentada por otra ex pareja suya: María Fernanda Reyes Carreón, quien lo acusó de amenazas, violencia física y acoso el 16 de agosto de 2019.

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Los errores que no debe volver a cometer Eduardo Rivera

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que tres son los retos fundamentales para que Eduardo Rivera Pérez pueda superar los yerros que enfrentó en su primera oportunidad como edil de Puebla, entre los años 2011 y 2014, los cuales son: dejar a un lado la actividad política dentro del PAN y priorizar la funcionalidad de los servicios urbanos de la ciudad; no caer en el dogmatismo de la derecha de no entender la diversidad social de la capital; y no soslayar el grave problema de la inseguridad, que durante su anterior mandato se convirtió en “el talón de Aquiles”.

Eduardo Rivera Pérez a partir del próximo viernes se convertirá en el primer alcalde de la capital en reelegirse y al mismo tiempo, en uno de los pocos políticos que luego de sufrir una grave derrota, como fue la de 2018, logra levantarse de sus cenizas y recuperar el espacio de poder perdido. Por eso hay altas expectativas en el desarrollo de su nueva gestión.

En su primer mandato, Rivera enfrentó en plenitud el poder autoritario y soberbio que ejercía el entonces gobernador Rafael Moreno Valle Rosas que no dejó al panista desarrollar un gobierno propio, al limitarle los presupuestos, el uso de la fuerza pública y proyectos de servicios urbanos, así como generarle un ambiente de conflicto en el Cabildo con un grupo de regidores del PAN.

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Éxito de uno, fracaso del otro

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que en el PAN, los bandos están definidos y el éxito de uno será el fracaso del otro. Genoveva Huerta contra Augusta Díaz de Rivera pelearán por la dirigencia estatal.

La primera va por la reelección bajo la tutela de renacer al morenovallismo, mientras la segunda responde a los intereses yunquistas, en particular los del alcalde electo, Eduardo Rivera Pérez.

Las estructuras del partido están en control de Genoveva Huerta, mientras que todos los adversarios se le unieron contra lo que representa: la orfandad morenovallista.

Augusta Díaz de Rivera y los santos patrones ya no tendrán enfrente a Rafael Moreno Valle, ni a Martha Érika Alonso, mucho menos a Eukid Castañón y operadores.

Tampoco estarán con Genoveva los intereses del exgobernador Antonio Gali Fayad, quien sin ser panista aglutina aún a buena parte de albiazules que se la jugaron con él en su miniadministración.

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¿Quién para Seguridad?

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que el nombramiento más esperado en el gabinete de Eduardo Rivera no se ha concretado todavía.

La Secretaría de Seguridad Pública municipal es un tema de altísima prioridad en la agenda del próximo gobierno de la capital y resulta también fundamental en las relaciones con el gobierno del estado.

En el contexto de llevar a cabo una estrategia integral de combate a la delincuencia en donde se involucren de forma efectiva los tres niveles de gobierno, la revisión de perfiles y propuestas no debe ser un tema que involucre únicamente y exclusivamente a quienes llevarán las riendas del ayuntamiento de Puebla los próximos tres años.

Nada tiene que ver lo anterior con un mal entendido concepto de “autonomía”.

Abrir el nombramiento a la opinión y sugerencias de instancias –públicas o privadas- no le quita facultades ni debilita al municipio, además de ser una práctica muy socorrida desde hace décadas en el el servicio público de este país.

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El amargo último trago en Charlie Hall

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que en un par de días el gobierno de Claudia Rivera fenecerá. No lo hará con los mejores recuerdos ni siquiera con el aplauso de los ciudadanos que durante tres años se quedaron esperando que esa ola lopezobradorista realmente fuera diferente y la esperanza y el cambio llegara a sus calles, a sus negocios, a sus vidas.

Es verdad que el desgaste propio del poder y la pandemia mermaron –y mucho- los avances que se pudieron (o no) realizar en los 36 meses de gobierno, sin embargo, es justo señalar que antes de la llegada del Covid a nuestras vidas, tampoco se notó una administración fuerte ni con rumbo.

Así sin rumbo, sin idea y sin formas, ayer se aprobó una centena de basificados en una sesión extraordinaria de Cabildo opacada por una protesta de sindicalizados que, además de mostrar su lado vandálico, dejaron al descubierto que la política, el diálogo y el consenso fueron parte de las deudas que Claudia Rivera deja en el Ayuntamiento de Puebla.

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