A estas alturas nadie podrá negar que el presidente López Obrador es un experto -entre otros- en dividir, en polarizar, cuando así lo desea y en el tema que él decida.

Lo comento por cómo ha conducido el debate sobre su iniciativa para reformar la Constitución Política en materia energética.

Con mensajes dirigidos a legisladores y legisladoras del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que han ido subiendo de tono, desde que “se verá de qué lado están”…”que dará los nombres de los que voten en contra”…hasta que “sería traición a la patria si votaran en contra” mi partido el PRI, se dejó colocar en el centro de un debate que desde mi punto de vista no le dejará resultados positivos.

Cuando por fin la representación del PRI habló, fue ambiguo, impreciso, confuso, no definió claramente su posición y con ello provocó no sólo un gran desgaste, también una serie de críticas muy severas, en contra del partido no sólo de quienes asumieron esa posición ambigua, señalándolo ya, aún sin haber iniciado la dictaminación de la iniciativa en la Cámara de Diputados, como un partido traidor y entreguista, a pesar de que militantes y distinguidas expresidentas del PRI como Dulce María Sauri y Claudia Ruiz Massieu han declarado que están en contra de respaldar esa Iniciativa.

Tristemente una vez más, el presidente López Obrador logró su objetivo: dividir, polarizar, como sabe hacerlo.

Cuando esta iniciativa sea abordada en el Pleno, si las y los legisladores priistas votan en contra, serán “traidores a la patria”. Malo. Si votan a favor se dirá que “se vendieron” “se entregaron”. Malo. De una u otra forma el partido ha perdido.

Re direccionar el debate urge. Señalar el riesgo que representa el retroceso que plantea la iniciativa del presidente al sector eléctrico del país es fundamental.

Visibilizar las implicaciones que traería de aprobarse para el país, que pasa por la pérdida de confianza, al ser considerados en el mundo como un país poco confiable para la inversión; los litigios internacionales que necesariamente tendrán que enfrentarse al violar las condiciones actuales de las inversiones en este sector; el pago de indemnizaciones por la violación a compromisos contraídos; y que además, no garantiza que se reduzca el precio de la luz; entre muchas otras que expertos y expertas en el tema han señalado.

¿Conviene entonces a este país regresar al monopolio del Estado y concentrar las decisiones en materia energética?

México ya lo vivió en una época en la que se nacionaliza la energía eléctrica. Entonces nuestra población era de 35 millones de mexicanos y el reto electrificar al país.

Dicen los que saben la globalización impacta en lo local. Por ello sin perder la propiedad y el dominio directo del Estado en 2013 fueron aprobadas reformas a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales, todas, todos pueden revisar los párrafos que se reformaron entonces para corroborarlo.

Hoy, somos 130 millones de mexicanos y mexicanas que requerimos otras alternativas de electricidad, incluso para generar nuestras propias energías ¿Conviene hoy retroceder y volver a centralizar sin observar las condiciones que hoy el país tiene?

Por todo ello y más, ¿que no hubiera el PRI podido ser contundente en el rechazo a esta reforma o señalar que como partido no podían acompañar la propuesta del presidente en sus términos? ¿Qué no hubiera podido de inmediato anticipar las diferencias en algunos puntos?

El presidente López Obrador logró su objetivo: dividir, polarizar, como sabe hacerlo y mi partido político cayó una vez más en la trampa.

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@rgolmedo
Palabra de Mujer Atlixco
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