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Los antorchistas, desde que nacimos como organización social, nos hemos preocupado por fomentar entre la población el deporte y el arte, porque son derechos inalienables de los mexicanos. Lo hacemos porque en nuestra tarea de politización y de educación de las masas sabemos que el estudio esforzado abre la mente, que el trabajo colectivo une al hombre con sus hermanos, que el deporte fortalece el cuerpo y la cultura amplía los horizontes y nos despliega uno mejor y más próspero para todos.

La cultura es el cultivo de la inteligencia y de la sensibilidad. Antorcha impulsa el arte con el objetivo de formar a un mexicano más sensible, inteligente, orgulloso de sus raíces y dispuesto a luchar para mejorar las condiciones de vida de su patria. Para nosotros, dijo nuestro líder nacional, el maestro Aquiles Córdova Morán: “lo más importante es la educación, la concientización de la gente, el que ésta despierte, abra los ojos y se dé cuenta que una vida mejor es posible, pero que esa vida mejor no la va a poder alcanzar si no se organiza y lucha, que nadie se la va a dar gratis. Y en esa tarea hemos dicho, sostenido y persistido, mucho ayuda el trabajo cultural”.

En nuestro camino por fomentar la cultura y el arte entre la población, hemos creado cientos de grupos de baile folclórico, de danza tradicional, de teatro, de música o algunas orquestas. Muchas de esas compañías han logrado niveles profesionales comparables con las mejores del mundo. Ejemplo destacadísimo son nuestros Grupos Culturales Nacionales, formados por jóvenes humildes de todo el país que, con dedicación, trabajo y talento, se han convertido en profesionales del arte que se presentan en las canchas o calles de los pueblos y colonias humildes para llevar arte al pueblo y, también, que han conquistado foros tan importantes como el Auditorio Nacional, el Estadio Azteca, el Teatro de La Paz en San Luis Potosí, el Estadio Cuauhtémoc, el Auditorio del CCU y el Metropolitano en Puebla. Pero han ido más lejos: estos jóvenes se han presentado en Francia y en Cuba. Gracias a esta labor, conocimos a Elisa Carrillo Cabrera, primera bailarina del Teatro Ópera de Berlín, quien en febrero de 2015 invitó a los niños del Ballet Infantil de Antorcha a competir en el concurso internacional “Tanzolymp”, en Berlín, Alemania, en donde lograron el tercer lugar general de entre 28 países concursantes.

La cultura de Antorcha nos ha llevado a organizar competencias de carácter nacional, en los que los talentos antorchistas y todo aquel que simpatice con lo que hacemos puede mostrar sus habilidades artísticas. Así, cada año organizamos las Espartaqueadas Culturales en Puebla con más de 20 mil artistas del país, el Encuentro Nacional de Teatro, el Concurso Nacional de Declamación, el Concurso Nacional de Folclor Internacional o el Concurso Nacional de Voces que, debido a la pandemia que azota al mundo, vamos a realizar este año de manera virtual.

Impulsamos el arte entre los mexicanos porque una sociedad cultivada es una sociedad que sabe cuáles son sus problemas y lucha para erradicarlos. Para las empresas artísticas comerciales, como una forma de reflejar lo que el sistema capitalista quiere para el mundo, las poblaciones de cada una de las naciones no están hechas para la práctica del arte. Las masas populares son usadas como compradoras del “arte de moda”: así nos hacen ver y “disfrutar” de los costosísimos conciertos de las estrellas mundiales o mexicanas. El arte en el sistema capitalista es, como todo, un comercio: se compra y se vende. A la clase humilde le toca solo comprarlo y observarlo desde la televisión, la radio o las “benditas” redes sociales que idiotizan al ser humano.

Por eso Antorcha lucha contra el arte comercial, contra el arte que deja fuera a las masas populares. Esa es la filosofía que nosotros hemos seguido para buscar que todos los mexicanos que así lo deseen puedan practicar o disfrutar en serio del arte y la cultura que más les agrade y les reviva el espíritu. Antorcha no hace arte sólo porque sea estético y bien visto por la sociedad. Antorcha hace arte porque así lo demanda nuestra labor política, nuestra labor de organización y educación de un auténtico movimiento que pueda dirigir los derroteros de este país en un futuro ya no muy lejano. Por eso, qué grato será ver, en este Concurso Nacional de Voces, a estudiantes, campesinos y colonos, ensamblando lo mejor de sus voces para fundirse en una sola voz fraterna, potente y bella. Antorcha, “canta, canta a la vida… que allí está la victoria”, dijo el poeta.

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