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El 21 de septiembre se celebra el Día mundial del Alzheimer, instituido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por la ADI (Alzheimer’s Disease Internacional) en 1994. Este año se conmemora con el lema: Cero Omisiones, Cero Alzheimer.

A más de 100 años de la descripción de esta enfermedad neurodegenerativa, por parte del médico alemán Alois Alzheimer, y a pesar de los crecientes avances de la ciencia y la tecnología, la Enfermedad de Alzheimer aún no tiene cura. Esta patología se caracteriza por un deterioro cognitivo progresivo causado, a grandes rasgos, por la degeneración neuronal del cerebro y una disminución evidente de la masa encefálica. De acuerdo con la Asociación Mundial de Alzheimer, existen 10 señales de advertencia y son las siguientes:

Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
Dificultad para planificar o resolver problemas.
Dificultad para desempeñar tareas habituales en casa, en el trabajo o en su tiempo libre.
Desorientación de tiempo o lugar.
Dificultad para comprender imágenes visuales y cómo los objetos se relacionan uno al otro en el ambiente.
Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o lo escrito.
Colocación de objetos fuera de lugar.
Disminución o falta del buen juicio.
Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales.
Cambios en el humor o la personalidad.
Al ser una enfermedad degenerativa los síntomas van progresando a lo largo del tiempo, interfiriendo con la calidad de vida del paciente y de sus familiares, se han sugerido 7 etapas clínicas:

En 2019, la ADI estimó que a nivel mundial hay más de 50 millones de personas que viven con algún tipo de demencia, una cifra que aumentará a 152 millones para 2050. Cada tres segundos, una persona desarrolla demencia y el costo anual para tratar esta condición se estima en 1 billón de dólares, una cifra que se duplicará para el 2030.

Las diferencias de género en la prevalencia de la enfermedad del Alzheimer son evidentes, puesto que aproximadamente dos tercios de quienes la padecen son mujeres. De hecho el primer caso descrito fue en una mujer ama de casa alemana. Se ha propuesto que la mayor longevidad del sexo femenino podría ser el factor principal que influye en esta prevalencia. Sin embargo, también se han puesto sobre la mesa los factores socioeconómicos, pues es evidente que en las regiones en vías de desarrollo, como lo es América Latina, la brecha de género es aún mayor y esto podría asociarse con las oportunidades de educación, ocupación, ingresos y acceso a los sistemas de salud, ya que estos son menores a lo largo de la vida en las mujeres.

Por otra parte, en México y otros países latinoamericanos, la población longeva (65 años en adelante) ha ido en aumento de forma acelerada (por lo que aumentaría la prevalencia de EA), esto ha obstaculizado crear estrategias oportunas en términos de prevención y atención a la salud para atender a este grupo etario.

Desde el punto de vista clínico-biológico se ha visto que la progresión de la enfermedad es más rápida en las mujeres, por ejemplo, en la siguiente imagen se puede observar por medio de resonancia magnética (IRM) la atrofia cerebral (disminución de la masa encefálica) es mayor en las mujeres (azul oscuro).

Ferretti MT, Iulita MF, Cavedo E, Chiesa PA, Schumacher Dimech A, Santuccione Chadha A, Baracchi F, Girouard H, Misoch S, Giacobini E, Depypere H, Hampel H; Women’s Brain Project and the Alzheimer Precision Medicine Initiative. Sex differences in Alzheimer disease – the gateway to precision medicine. Nat Rev Neurol. 2018 Aug;14(8):457-469. doi: 10.1038/s41582-018-0032-9. PMID: 29985474. https://www.nature.com/articles/s41582-018-0032-9
Por otra parte, existen factores de riesgo cardiovasculares que predisponen a las mujeres a padecer la EA, por ejemplo la hipertensión, el accidente cerebrovascular, el ataque isquémico transitorio o la revascularización carotidea, los cuales se presentan en mayor porcentaje en el sexo femenino.

No obstante, aún no queda clara esta relación. Un punto importante a tomar en cuenta es que las mujeres en su curso de vida pasan por cambios hormonales fluctuantes y cíclicos, hasta llegar a la menopausia, donde los niveles de estrógeno disminuyen. A estas hormonas se les ha conferido un papel protector ante esta y otras enfermedades al tener propiedades anti inflamatorias, lo que ha llevado a proponer a la terapia hormonal como tratamiento preventivo para esta y otras enfermedades. Sin embargo, los datos recientes sugieren que esto no es tan simple, pues se debe considerar la edad crítica de inicio de la terapia, así como el tipo de terapia hormonal, además, no está indicada en pacientes con demencia moderada o avanzada, pues no hay mejoría.

Otro factor a considerar, es la depresión, puesto que se ha sugerido que ésta aumenta las posibilidades de desarrollar EA y, además, se presenta en mayor medida y de manera más severa en mujeres, por lo que la atención oportuna de este trastorno del estado del ánimo ayudaría a reducir el riesgo.

Otros biomarcadores parecen no tener diferencias entre sexos, como son la presencia del péptido beta amiloide, la proteína Tau, así como la expresión de genes asociados a EA.

Recordando el lema: Cero Omisiones Cero Alzheimer, que tiene como fin reivindicar el valor y la importancia del diagnóstico precoz y certero para un abordaje integral de esta enfermedad y cualquier otra forma de demencia, así como mejorar el apoyo a la investigación biomédica, social y sociosanitaria, y considerando la vulnerabilidad del sexo femenino para padecer la enfermedad, es necesario proveer a las mujeres de oportunidades de desarrollo, así como buscar estrategias de políticas y de salud publica que consideren las diferencias de genero para entender, diagnosticar, prevenir y tratar la EA.

Edición: Marco Octavio Torres

Ma. Evelina Torres García

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Licenciada en Biomedicina por la BUAP. Maestra en Ciencias con especialidad en Neurobiología por la UNAM. Candidata a Doctora en Ciencias Biomédicas. Futura usuaria de la Estadística (UV) y divulgadora...