Rodríguez Alconedo, poblano que resaltó en la lucha de Independencia
Rodríguez Alconedo, poblano que resaltó en la lucha de Independencia. Foto: mediateca.inah.gob.mx
Rodríguez Alconedo, poblano que resaltó en la lucha de Independencia
Así contribuyó el poblano Rodríguez Alconedo a la lucha de Independencia. Foto: mediateca.inah.gob.mx

José Luis Rodríguez Alconedo fue uno de los personajes poblanos más importantes en el periodo de la Independencia de México, ya que ofreció sus habilidades metalúrgicas para impulsar la lucha, lo que incluso le costó el fusilamiento.

De acuerdo don José Luis Camacho Gazca, maestro de Historiografía de la Universidad Iberoamericana (Ibero) de Puebla,  las cualidades de Rodríguez Alconedo, quien nació en Atlixco en 1761, eran su valentía, crítica y espíritu revolucionario; fue hombre fiel a sus ideales que sufrió cárcel y exilio político al luchar por la causa de la Independencia.

También, por sus labores en la orfebrería y artes plásticas,  trabajó junto a Manuel Tolsá, importante arquitecto e ingeniero español que se desarrolló en la Nueva España, además de permanecer en los círculos más importantes de estos oficios.

Su carácter y valentía le sirvieron para que pronto se fuera inmiscuyendo en los ideales de independencia de la época provenientes de Europa, producto de los territorios que querían liberarse del control de Napoleón Bonaparte; sin embargo, tras varias acusaciones por apoyar a los “indios” en la Nueva España, fue exiliado a aquel país, en donde se mantuvo durante un par de años.

Durante ese tiempo, aprovechó para desarrollar su obra plástica, al crear una de sus obras más importantes, un autorretrato realizado en 1811 que hoy en día se puede apreciar en el Museo Universitario “La Casa de los Muñecos”.

12 cañones

Tras un indulto, regresó a su patria en donde continuó luchando con más fuerza para la causa independentista que en México inició en 1810 con el Grito de Dolores; “esos años de cárcel le sirvieron para quitarse la venda de los ojos y de convencerse aún más sobre este ideal”, señaló Camacho Gazca.

Al respecto, explicó que su regreso le significó la entrada a la “clandestinidad” al decir que andaba de pueblo en pueblo promoviendo la lucha del ejército insurgente, además de andar recolectando campanas para fundirlas y convertirlas en armas.

“A él se le acusa de fundir 12 cañones, 200 arcabuces y un tipo cañón más ligero llamado Culebrina, esta fue la acusación contra Alconedo en el proceso final que lo llevó a su fusilamiento, era un tipo que trabaja bien al metal y que puso sus habilidades al servicio de la causa”, explicó el académico.

En marzo de 1815 –seis años antes de concluir la Independencia– a los 54 años, luego de que fue capturado en Zacatlán, lo trasladaron a Apan, hoy Hidalgo, para ser fusilado, siendo esta la muerte más común entre los caudillos en dicha época.

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