María Eugenia Campos Galván, gobernadora de Chihuahua, portó un pañuelo celeste del movimiento pro vida con la leyenda “Salvemos las dos vidas”, mismo que unas ciudadanas le regalaron durante su primer evento como titular del poder ejecutivo en su estado.
Fue durante el arranque del operativo de limpieza de los vasos de captación de agua en Ciudad Juárez que un grupo de mujeres del movimiento pro vida le externaron su preocupación por la reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en la que declararon inconstitucional la penalización del aborto.
La muestra de apoyo al movimiento que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural contrasta con el juramento de guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen, mismo que ella hizo al tomar posesión de su cargo.
Contrario a las creencias de la funcionaria, este 7 de septiembre la Suprema Corte declaró inconstitucional la “protección a la vida desde la concepción”, establecida en la Constitución de Sinaloa, así como invalidó los artículos del Código Penal de Coahuila que tipifican el aborto como un delito.
Es importante mencionar que para la Corte no es admisible establecer que el embrión y el feto merecen la misma protección jurídica que las personas nacidas, si bien el producto de la gestación merece una protección que incrementa a medida que avanza el embarazo, esa protección no puede desconocer los derechos de las mujeres y personas gestantes a la libertad reproductiva.
Editado por Paola Macuitl Gallardo