Las afectaciones en la Sierra Norte por el huracán Grace se vieron agravadas por la actividad de empresas extractivas de la zona, mientras que los apoyos del gobierno por las lluvias no cubrirían ni la inversión de campesinos a sus tierras.
Así lo acusó el Consejo Regional Totonaco, quien pidió a los tres niveles de gobierno un plan de recuperación para atender los cultivos dañados, pues “más que despensas o cobijas, se requiere que el gobierno federal, estatal y municipales coordinen acciones y recursos que por justicia deben canalizarse a las familias campesinas indígenas que con su trabajo y prácticas productivas contribuyen a la seguridad alimentaria y al cuidado de los ecosistemas para beneficio de toda la población”.
Y es que, destacó, realizó un recorrido por 17 comunidades de Ahuacatlán, Amixtlán, San Felipe Teplatán y Hermenegildo de Galeana, donde se contabilizaron serios daños a cafetales, cultivos de vainilla y árboles de pimienta.
Por otra parte, trascendió que las autoridades darán mil 500 pesos por hectárea de maíz dañada, lo cual no permitirá comprar el maíz que se perdió, pues un campesino en la Sierra Norte invierte alrededor de 15 mil pesos para la cosecha, afirmó.
Asimismo, acusó que empresas privadas extractivas dificultan la situación, al tiempo de ejemplificar que las empresas que extraen pizarra y arcillas en el municipio de Ahuacatlán son “parcialmente responsables de accidentes” pues la carretera se vuelve resbalosa, lo cual también impide el traslado de apoyos.
Por su parte, las mineras en Zacatlán no solo contaminan el agua, sino que propician la tala, la cual ocasiona más deslaves y las arcillas se acumulan en las partes bajas de las laderas y los terrenos de cultivo, y a pesar de que aún llueve mucho en la región, llega a faltar el agua en algunos manantiales porque las concesiones se privilegian a las mineras.
Con dichos argumentos, pidió que “estas injusticias” sean revertidas, pues elevan los riesgos de futuros desastres provocados por esas actividades económicas.
GDLRP