La historia nos dice que son muchas y variadas las formas de acceder y conservar el poder político.

En los reinados el poder político era legitimado por dios y se transmitía vía el linaje, esta fue una forma de gobernar estable que duró varios siglos en muchas partes del mundo, ¿quién se atrevería a cuestionar el designio divino?; en la actualidad aún quedan vestigios de esta forma de gobierno.

La fuerza es otra forma de obtener el poder político pues se llega a él y se conserva por medio de las armas, sea que se mantenga por la fuerza de una autoridad legalmente constituida o no; los cuestionamientos a esta forma de gobernar son neutralizados por el mismo medio. Podemos apreciar varios casos donde por cientos de años se mantuvo así el poder político.

En la época moderna y contemporánea apreciamos que el poder político es legitimado por la voluntad de los individuos que pertenecen a una determinada comunidad; esta modalidad ha tenido poca presencia histórica y ha sido una forma de gobierno que presenta muchas variantes dependiendo de que parte del mundo observemos.

En algunos lados existen mecanismos de participación directa de los votantes, en otros mediante representantes previamente electos; la forma de manifestar la voluntad personal para legitimar el poder tiene diversas variantes, sean inscritas en la ley o de manera consuetudinaria.

Dentro de esta última variante se puede apreciar que en Italia la Cosa Nostra compraba votos, por ejemplo: la aprobación de un candidato por un capo podía ser suficiente para que sus clientes, familiares y socios votaran por dicho candidato y, cito un caso más, en Colombia Pablo Escobar fue Diputado.

Marcos Kaplan en su texto “El Estado Latinoamericano y el Narcotráfico” define y describe lo que es la narcoeconomía, narcosociedad y narcopolítica, por lo que, si seguimos su lógica, la participación de la delincuencia organizada en las elecciones se inscribiría como una forma de la narcopolítica.

¿México está exento de este fenómeno?, por supuesto que no y conforme a nuestra legislación adquiere una categoría especial, la Ley de Seguridad Nacional en el artículo 3 establece: “Para efectos de esta Ley, por Seguridad Nacional se entienden las acciones destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado Mexicano, que conlleven a: … III. El mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las instituciones democráticas de gobierno; … VI. La preservación de la democracia, fundada en el desarrollo económico social y político del país y sus habitantes.”

El escritor Charles Bukowski expresó: “La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes”.

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26 de agosto de 2021

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Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y en gobiernos locales en áreas de gobierno y seguridad. Ha sido profesor en la Universidad de las Américas y del...