Mucho se ha dicho del tema de regreso a clases. Es innegable que ha causado una polémica muy fuerte dentro de todos los ámbitos e incluso es debate dentro del seno familiar.

Esta tercera ola de la pandemia, ha sido de un impacto brutal, mucho más recrudecida que las otras dos anteriores aun con la aplicación de la vacuna lo cual encendió llamas de esperanza en la población.

Hoy los padres de familia se encuentran en una encrucijada, de que si sus hijos deberían asistir o no a las clases presenciales. La realidad es una y es muy clara: los estudiantes no deben estar aislados por más tiempo aun cuando esta pandemia haya venido para quedarse. Los más de dos millones de estudiantes necesitan la interacción personal con sus compañeros. Somos seres sociales y este contacto es definitivamente primordial para mantener equilibrio en estos jóvenes estudiantes.

Existen, por supuesto, pros y contras en el tema educativo. Está comprobado que es este es más eficaz en la modalidad presencial que virtual. En las clases presenciales, el aprendizaje es mayor derivado de que el profesor tiene un orden y el alumno tiene que adaptarse a las reglas o normas ( no estar platicando en clase, mayor atención , menos distractores en su entorno, etc).

En las clases en línea las cosas cambian, ya que el tutor difícilmente puede estar al lado del estudiante, debido a sus diversas actividades. El alumno tiene la libertad para poder decidir si atiende a la clase o no, simplemente con prender su equipo ya está dentro y puede o no poner atención. El orden lo puede convertir en desorden al tener la facilidad de interactuar en redes sociales sin supervisión en cualquier momento mientras ” asiste” a su clase.

Hablando ahora de un entorno familiar , las clases presenciales liberan estrés, tanto al estudiante como a los tutores porque cada uno hace sus actividades permitiendo tener una brecha durante el día que permite que ambas partes tengan su espacio propio sin estar chocando frecuentemente. Además de que los padres pueden asistir a sus labores sin preocupación alguna ya que saben que sus hijos están seguros y siempre va a ver un responsable que esté cuidando a sus hijos.

Es importante mencionar, además, que la economía se activa cuando las clases son presenciales ya que hay mayor consumo de artículos y servicios (tortas, gelatinas, transporte etc.); se socializa la economía y empieza a fluir el efectivo y los microempresarios, pilar importante de nuestra sociedad, pueden subsistir.

En el aspecto social, es una realidad que vivimos con un individualismo muy grande y el hecho de tener clases en línea fortalece más este individualismo y, consecuentemente, tarde o temprano nos llevará a la parte más triste en la que seres sociales podrían estar: la soledad.

Es importante que se exija que haya condiciones en las que más de 280,000 planteles educativos, estén listos para recibir a los estudiantes : que estén sanitizados, que cuenten con gel antibacterial, que tomen la temperatura y todas las demás medidas ya implementadas en todas partes.

Resta decir que corresponde a cada uno de los actores involucrados cumplir su parte pero definitivamente, una vez cumplidas todas las condiciones de un regreso a clases presenciales seguro, la decisión final recaerá en los padres.

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