Tras la toma de Kabul, la capital de Afganistán, por parte de tropas talibanas, Rusia y China mostraron un acercamiento con éstas, siendo los únicos países hasta el momento; Rusia decidirá el reconocimiento de las autoridades en función de sus acciones.
Por su parte, el embajador ruso en Kabul re reunirá con los talibanes el martes en dicha capital; el funcionario explicó que su país decidirá si reconoce a las autoridades de los insurgentes sobre sus acciones, aunque señaló que los talibanes ya garantizan la seguridad del perímetro exterior de la embajada rusa.
El pasado domingo, durante la toma de Kabul, Rusia declaró que no evacuaría a su embajada, y es que, desde hace algunos años, ha intentado estrechar sus relaciones con los talibanes e incluso recibió en Moscú a sus representantes en varias ocasiones.
Por su parte, China indicó que busca mantener “relaciones amistosas” y respeta el derecho a “decidir su propio destino y futuro”, por lo que su embajada sigue funcionando normalmente.
Tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán, el país asiático calificó como “irresponsable” su salida, pues podría propiciar una guerra civil.
Asimismo, dicho régimen teme que Afganistán se convierta en un punto de apoyo para los separatistas de la minoría muslmana uigur en Xinjiang, aunque autoridades talibanas ya prometieron que Afganistán no se utilizaría como base para los militares. A cambio, China ofreció apoyo económico para la reconstrucción de dicho país, por lo que en 2016, lo sumó al proyecto de infraestructura de las “Nuevas rutas de la seda”, aunque a falta de seguridad dichas inversiones han sido modestas.
Fuentes: Infobae / Excélsior