Banner Programa

biografia-aquilesmontanobrito

La portada de El Universal del viernes 13 de agosto es verdaderamente escalofriante. Titularon así: “Contagios de Covid-19 en niños se disparan”. En el texto, la reportera Perla Miranda escribió: “Los contagios de Covid-19 en la población de 0 a 19 años de edad se dispararon durante la primera semana de agosto, al contabilizarse mil 801 nuevos casos, señala un informe del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes. Entre junio y agosto el incremento de contagios en niños y adolescentes de dio de manera acelerada. En junio, el promedio diario fue de 53 casos, en julio de 173 y en la primera semana de agosto de 225. Desde que inició la pandemia en febrero de 2020 y hasta el 8 de agosto pasado en México se han contagiado 63 mil 239 niños y adolescentes y 613 han fallecido a causa del virus. Los de 12 a 17 años son los más afectados con 35 mil 20 casos, seguidos por los niños de 6 a 11 años, con 14 mil 526, y los de 0 a 5 años, con 11 mil 382 contagios”.

El 7 de agosto, el periódico El Mundo de Veracruz reporta también datos escalofriantes: “El virus SARS-CoV-2 ha sido más letal entre los recién nacidos [en México]. Cuatro de cada diez (42 por ciento) niños, niñas y adolescentes muertos por Covid-19 tenían un año de edad o menos. De las 605 defunciones ocurridas del 12 de abril de 2020 al 1 de agosto de 2021 entre menores de edad, 169 corresponden a bebés de 0 meses y 86 a niños de 12 meses”. La misma nota refiere que Juan Martín Pérez García, coordinador de Iniciativa Tejiendo Redes Infancia, dijo que “en el caso de los adolescentes, otro de los grupos que también han sido golpeados por la mortalidad a causa de Covid-19, se debe a que tienen más movilidad. […] Lo más grave, añadió, es que las muertes no se limitan al Covid-19, sino a un exceso de mortalidad que tiene que ver con la falta de vacunación”.

El país se acerca a las 250 mil muertes por Covid, según las cifras oficiales, aunque los científicos, especialistas y los conteos de “exceso de muertes” del Inegi revelan cientos de miles de casos más. Y, de acuerdo con los datos, hasta el 2 de agosto en el país el número de contagiados por la pandemia nos decía que menores a 15 años había 79 mil 633 casos y de entre 15 y hasta 29 años había 640 mil 757. En Puebla, hasta el 12 de agosto, el gobierno reportó que “los contagios en menores de 18 años se han contabilizado en 2 mil 834, mientras que los fallecimientos de este grupo poblacional es de 60” (El Sol de Puebla, 13 de agosto). Estamos hablando, pues, de la población que regresará a clases presenciales desde el 30 de agosto por órdenes de la Presidencia de la República.

El País publicó el 10 de agosto: “Andreu Comas, académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (Uaslp), explicó que el aumento de los casos entre infantes es una señal de la escalada de contagios de la tercera ola como ya está ocurriendo en Estados Unidos. “En Luisiana están teniendo un problema muy serio con la variante Delta, están teniendo una gran transmisión y esos niños que están muriendo, que están hospitalizados son simplemente la punta del iceberg porque el tamaño del contagio es muy grande y nosotros sabemos, por casos como la influenza, que los niños son grandes dispersores de la enfermedad. Es una cuestión de tiempo y de magnitud”, comentó”. Estados Unidos reportó este domingo cerca de 1.450 niños hospitalizados por coronavirus, la mayor cifra en lo que va de la pandemia, de acuerdo con los Institutos Nacionales de la Salud”. El principal epidemiólogo del gobierno de EU, Anthony Fauci, dijo que “el mayor número de contagios en niños y adolescentes se debe a que la variante Delta es mucho más infecciosa que otras variantes, como la Alfa” (El Universal, 13 de agosto). La Jornada del 13 de agosto titula una nota así: “Alertan en EU sobre más casos y hospitalización de niños a causa de Delta”. Y la nota nos informa: “Habrá más niños infectados de Covid-19 a medida que se extiende por el país la variante Delta y cuantitativamente se les verá más en hospitales, advirtió Anthony Fauci”. ¿Sólo en Estados Unidos? La variante Delta del Covid afecta ya a 117 naciones. México es una de ellas.

El dato es de terror: en México 613 niños murieron a causa del virus. Sin embargo, para el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, no existe “sustento científico” para decir que la tercera ola por Covid esté afectando a la población de niños y adolescentes. Los datos no le importan a Gatell. Miren lo que dijo el 10 de agosto: “Hay que tenerlo presente: con base en la evidencia, la mortalidad en adolescentes y niños ya era muy baja en la segunda ola, continúa siendo baja en la tercera ola. Todas estas ideas que han circulado de que ahora es una epidemia de adolescentes y niños no tiene un sustento de evidencia ni en México ni en ninguna otra parte del mundo”, dijo. La Red por los Derechos de la Infancia en México le respondió: “minimizar o invisibilizar este impacto (los 613 niños muertos) sería sumamente grave”. Eso, justamente, es lo que está haciendo el gobierno de Morena desde la Presidencia de México con su llamado a clases que iniciará el 30 de agosto, como dijo Andrés Manuel López Obrador, “llueve, truene o relampaguee”. Por ello, en su decálogo para el regreso a clases presenciales, la SEP exige a los padres de familia que entreguen en la escuela “una carta de compromiso de corresponsabilidad”, lo que implica que el gobierno federal se deslinda en automático de un contagio o muerte por Covid de los niños y jóvenes que regresen a sus escuelas a las clases presenciales.

Olivo Iglesias, médico de primer contacto y profesor de Salud Pública de la UNAM, sostuvo en la revista Gatopardo el 19 de julio: no tenemos evidencia para asegurar que esta tercera ola no va a ser como la primera o la segunda. “Eso es lo que a mí me da más temor, que estamos en [un] pico similar al del año pasado, al primer repunte de casos. Yo creo que en agosto o septiembre vamos a estar viviendo algo similar a lo que vivimos en julio del año pasado si no se hace una contención social”. En el mismo texto, se hace una dura crítica el gobierno de López Obrador: “Yo no sé si vamos a esperar hasta que estamos llenos de contagios para hacer algo”, secunda Guillermo Cruz, residente de Cardiología. “Mucha de la gestión de la pandemia ha sido: ‘pues que llegue, toquemos fondo y de ahí reaccionamos’. Aguantarnos hasta el límite: eso es lo que no debería de estar sucediendo”. “De verdad que un idiota es aquel que no aprende del pasado”, complementa el doctor Iglesias.

¿Quién no aprende del pasado? El gobierno federal de López Obrador que nos ha llevado a velar a 250 mil mexicanos muertos por Covid. Ahora, llevando la contraria a las cifras que demuestran el aumento de contagios de los niños y los jóvenes, el mismo gobierno federal exige las clases presenciales de inmediato. El viernes 13 de agosto, México volvió saborear la ignorancia vestida en traje presidencial, durante la conferencia mañanera. Si no me cree, lea usted las palabras del señor: “Tenemos que correr ciertos riesgos como todo en la vida [dijo en referencia a las clases presenciales], imagínense si no salimos porque nos puede pasar algo, pues nos vamos a quedar todo el tiempo encerrados. No. Tenemos que enfrentar las adversidades, los caminos de la vida, no son como imaginaba…. Por qué no pones esa”. Mientras otros países alertan sobre el nuevo problema del mundo con los niños y los jóvenes, mientras algunos países ya comienzan a aplicar vacunas desde los 12 años, mientras en los laboratorios más eficaces ya se elaboran vacunas especializadas para este sector de la población, en México el presidente se cree muy chistoso y pide que, para que la mañanera “no sea aburrida”, le pongan esa canción de la que se acordó. Coincido con el doctor Iglesias: “un idiota es aquel que no aprende del pasado”.

Desde hace varios meses, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarios “Rafael Ramírez” (Fnerrr) ha desplegado una campaña nacional para exigirle al gobierno federal que las clases presenciales inicien cuando el 70 por ciento de los estudiantes esté vacunado para evitar una catástrofe que nos lleve a enlutar a un país por la muerte de más niños y jóvenes. El Movimiento Antorchista pidió, desde que iban a aplicar las primeras vacunas, que el esquema de aplicación debía ser modificado en 180 grados: primero los jóvenes, luego los trabajadores y al final las personas mayores. El gobierno no le hizo caso a Antorcha y ya ataca con cólera la exigencia de los fenerianos. El país debe sumar fuerzas con los jóvenes que sí quieren educación, pero que en estos momentos luchan por salvar sus propias vidas. Ante el gobierno de Morena, es preciso luchar por la vida misma. Salvemos la vida de los niños de México. Esa es la tarea del momento.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

incendios forestales