La sucesión rectoral de la BUAP
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que la que hoy inicia será una semana de definiciones en torno a la sucesión rectoral de la BUAP, ya que el Consejo Universitario se reunirá para emitir la convocatoria, el método y los tiempos para elegir al sucesor —o sucesora— de Alfonso Esparza Ortiz.
Porque esta semana académicos e investigadores se pronunciarán públicamente a favor de la directora del Centro de Detección Biomolecular, María Lilia Cedillo Ramírez, quien se perfila como la aspirante con más posibilidades de ganar, con lo cual se convertiría en la primera rectora en la historia de la institución.
Pero también porque un grupo de docentes de distintas unidades e institutos de investigación demandarán que antes de la elección se renueve el Consejo Universitario, toda vez que el actual debió concluir sus funciones en marzo.
Los promotores de este pronunciamiento, entre los que destacan investigadores de los institutos de Física y de Ciencias Sociales, así como maestros de las facultades de Economía, Física y de algunas escuelas preparatorias, varios de ellos simpatizantes de Francisco Vélez Pliego, también están en contra del voto electrónico.
Estas diferencias sobre los tiempos, el modo de elección de rector y la legalidad de los actuales consejeros universitarios, marcarán sin duda la discusión de la próxima sesión de Consejo, que posiblemente se realice el miércoles bajo la conducción de un nuevo secretario general, José Carlos Bernal Suárez, quien el viernes pasado sustituyó en el cargo a Guadalupe Grajales Porras, quien fue la primera aspirante en hacer pública sus intenciones de contender por la rectoría de la BUAP.
La disputa por la convocatoria de la elección de Morena
Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que En la disputa por la dirigencia estatal de Morena en Puebla hay un punto clave en la convocatoria que decidiría cuál de las tres facciones que buscan el control del partido, podría ganar la contienda interna. Se trata de la definición de quienes pueden participar en las 16 asambleas que acabarán eligiendo a los nuevos integrantes del Consejo Estatal y al próximo presidente de dicho instituto político.
Por esa razón la facción del senador de Alejandro Armenta Mier y Edgar Garmendia de los Santos se oponen al proyecto de convocatoria, pues podría dejar fuera al legislador federal de la posibilidad de ganar la contienda interna de Morena y con ello, sufrir un fuerte revés en su enésimo intento de ser candidato a la gubernatura en 2024.
Mientras que las corrientes identificadas con el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y de la edil de la capital Claudia Rivera Vivanco, hasta donde se sabe, no han objetado dicho documento.
Dos años con Barbosa
Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que se cumplieron dos años del gobierno de Luis Miguel Barbosa, cuya acción principal ha sido el desmantelamiento gradual del modelo de negocios que dejó el morenovallismo.
En medio de la pandemia, intenta reconstruir el tejido roto de un esquema de poder que favoreció hasta acuerdos con la delincuencia organizada.
Claro que hay quejas sobre el estilo y forma en el ejercicio del poder, pero se nos olvida que en el sexenio morenovallista…
A los periodistas se les encajuelaban, demandaban y perseguían si no se sometían a los intereses de grupo.
A líderes sociales se les encarcelaba, en el mejor de los casos. En el peor, desaparecían o montaban juicios para despojarlos de su patrimonio.
Consulta: la otra lectura
Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que la consulta de ayer, llevada a cabo para saber si en este país queremos ajustar o no cuentas con el pasado, puede ser también un ejercicio de obtención de información muy valiosa para el presidente López Obrador.
Se trata de un termómetro certero para medir cómo anda en términos de popularidad, confianza y poder de convocatoria, en todos y cada uno de los municipios del país.
Un ejercicio que en los hechos, resulta mucho más efectivo que el pasado proceso electoral.
El presidente personalizó la consulta; la convirtió en una cruzada particular, tomando como bandera uno de los ejes centrales de su discurso en tres campañas: la lucha en contra de la corrupción y la impunidad.
Es un tema suyo: más allá de grillas, partidos, candidatos e influencia de poderes locales, factores que tuvieron un peso específico en los resultados del 6 de junio.
La consulta y el desastre para la 4T
Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que la Consulta Popular fue un fracaso cantado que terminó en un verdadero desastre, ya que ni en el más pesimista de los presagios se pensó que votaría menos del 7 por ciento, de los mexicanos registrados ante el INE.
Y digo que es un desastre porque al final, como lo señalamos tantas veces, se quedaron a años luz de lograr que votaran los 38 millones de ciudadanos que se requerían para hacer vinculatorios los resultados.
Como siempre, habrá defensores a ultranza, negacionistas de la realidad que tendrán otros datos y que sostengan que la payasada de este domingo fue un éxito porque más del 97 por ciento de quienes intentaron hacerle el caldo gordo al mesías Macuspano, votaron “sí” a la enredada pregunta que en términos simples podría resumirse en ¿quieres o no que se aplique la ley?
