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Genoveva Huerta, se le complica la reelección

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que aunque Genoveva Huerta Villegas creía que su reelección al frente del Comité Directivo Estatal del PAN sería casi de trámite, ya comenzó a percatarse de que no será fácil y que la forma en que operó y procesó varias candidaturas le generó una gran animadversión.

Incluso entre aquellos que ganaron las elecciones de diputados al Congreso del estado y de presidentes municipales, porque no tuvieron el apoyo político y económico que les prometió, salvo el pago de los representantes de casilla, o simplemente porque la presidenta del PAN los abandonó a su suerte para concentrarse en unos cuántos distritos y municipios donde gente plenamente identificada con ella encabezó las formulas y planillas registradas.

Dos son los rivales que tendrá Genoveva Huerta en su intento de reelegirse tres años más. Uno es Marcos Castro Martínez, percibido como la avanzada del presidente municipal electo de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, para hacerse de la dirigencia estatal del PAN.

El otro es Rafael Micalco Méndez, quien ya fue presidente del Comité Directivo Estatal del PAN durante el sexenio del gobernador Rafael Moreno Valle, con quien terminó abiertamente confrontado cuando aquél se inconformó por la afiliación en bloque de 22 mil militantes en octubre de 2014 para que los morenovallistas se hicieran del control de la dirigencia del partido.

Tanto Marcos Castro como Rafael Micalco andan reuniéndose con las estructuras municipales y regionales del PAN, y se han percatado del malestar existente en contra de Genoveva Huerta —y su principal operador Eduardo Alcántara Montiel— no solo por los resultados electorales, sino por la forma en que ésta seleccionó candidatos, o sacrificó a panistas para favorecer a militantes del PRI y PRD e incluso a gente que en anteriores comicios traicionó al PAN.

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Ascenso y caída de Gabriel Biestro

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que teniendo como telón de fondo el fin de la LX legislatura local, también terminó el ciclo de Gabriel Biestro Medinilla como líder parlamentario, dejando un amargo sabor de boca, pues su carrera tuvo un meteórico crecimiento y al mismo tiempo una acelerada caída. Pasó de ser un personaje que prometía cambiar la forma de legislar y abrir espacios a reformas que antes parecían imposibles, a mostrar un talante conservador y autoritario, carecer de oficio político y no entender el ideario básico de la 4T. De alguna manera, pasó a ser un freno al cambio que ofreció el movimiento lopezobradorista en 2018.

Biestro en muy poco tiempo –menos de 4 años– pasó de ser un simple brigadista a dirigir Morena en el estado y luego asumir el liderazgo del Congreso, pasando por rozar la gubernatura a principios de 2019 cuando se buscaba a un interino en la titularidad del Poder Ejecutivo ante la muerte de la mandataria Martha Erika Alonso Hidalgo.

Ahora Biestro acaba sin nada. Es su patético final al concluir el ciclo de la LX legislatura local que él encabezó y que se había prometido que sería un parteaguas.

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¿Y la corcholata en Puebla?

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que el presidente Andrés Manuel López Obrador la volvió a hacer con la agenda política nacional. Ahora no sólo cambió las reglas de la sucesión, sino que las aderezó con folclor.

Los presidenciables son las corcholatas y él no se llamará el Gran Elector, sino el destapador.

Vaya forma, por si fuera poco, de adelantar los tiempos para el 2024, y usar la tribuna de la mañanera para validar a los perfiles, dígase corcholatas.

¿Y en Puebla?

¿Seguirá el gobernador Luis Miguel Barbosa el método presidencial para definir a su sucesor?

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El parteaguas del sexenio

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que la elección intermedia de este año significa un punto de inflexión para el actual grupo en el poder.

Un antes y después en términos de los alcances y viabilidad de la llamada Cuarta Transformación.

De entrada para el presidente, el jefe político del movimiento, la votación del 6 de junio fue como una especie de termómetro que le mostró el ánimo ciudadano en estos tiempos de supuesto cambio político en el país.

Jamás lo reconocerá públicamente, pero el resultado no fue de su agrado.

Por eso, tal vez, la decisión de adelantar como nunca antes, el proceso sucesorio.

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Rescates que matan sueños

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que recientemente se informó del “rescate” de 240 migrantes que estaban en una bodega en Bosques de Manzanilla, pocos días antes se notificó de otro “rescate” de 87 personas más.

En los últimos dos meses, las operaciones del Instituto Nacional de Migración (INM), ese que dirigió Ardelio Vargas en tiempos de Enrique Peña Nieto, han sido muy “fructíferas”.

Y pongo las comillas porque ya lo dijo el gobernador, las noticias de los migrantes siempre son dolorosas, amargas.

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