Secretaría Técnica, instrumento de Alfonso Esparza en BUAP para reprimir
Secretaría Técnica, instrumento de Alfonso Esparza en BUAP para reprimir. Foto: Ángulo 7
Secretaría Técnica, instrumento de Alfonso Esparza en BUAP para reprimir
Secretaría Técnica, instrumento de Alfonso Esparza en BUAP para reprimir. Foto: Ángulo 7

A través de la Secretaría Técnica, actualmente a cargo de Julio Galindo Quiñones, la rectoría de la BUAP, encabezada por Alfonso Esparza Ortiz, orquestó despidos injustificados contra sus críticos, política que el 4 de octubre debe de quedar atrás tras una renovación inédita.

Así lo indicó Eudoxio Morales Flores, excandidato en 2017 a la rectoría de la universidad, quien resaltó que en los últimos 10 años, más de mil 500 trabajadores de la máxima casa de estudios del estado han sido rescindidos, principalmente, como respuesta por ir en contra de directivos universitarios.

En entrevista con Ángulo 7, consideró que “su pecado” fue competir contra quien entonces quería la reelección: “yo tenía dos vigilantes en mi salón, se convierte en un acoso laboral tremendo, de tal manera que te buscan; como hemos sido derechos, nunca encontrarán nada, a comparación de ellos (…), te obligan a que te vayas y si uno no se dobla te corren, no te dan carga de trabajo y te dejan de pagar”.

Aseveró que la Secretaría Técnica del Consejo Universitario y la abogada general, Rosa Isela Ávalos Méndez, en lugar de ayudar, sólo obstaculizan el buen funcionamiento de la universidad, ya que con esas figuras han reprimido a los trabajadores que no se alinearon a directivos y al mismo Esparza Ortiz.

Aunque la primera es parte de la Secretaría General de la BUAP, el jubilado afirmó que no está transparentada, pues se desconoce quiénes son realmente parte de esta nómina, aparte de Galindo Quiñones que encabeza la Secretaría Técnica.

Entre los nombres de quienes han sido acosados laboralmente, recordó, están los investigadores Miguel Ángel Damián Huato y Samuel Tovar Ruiz, el académico Alejandro Barrios en Chignahuapan, Luis Ortega Morales, entre otros.

Dijo que en las pasadas administraciones universitarias también hubo control político, por ejemplo con Enrique Agüera Ibáñez, su operador fue Damián Hernández Méndez y con Enrique Doger Guerrero, Javier Casique Zárate, pero con Esparza Ortiz, la represión, a través del acoso laboral, se recrudeció, que hasta “hubo un centro de espionaje en el Carolino”, con el respaldo del exgobernador Rafael Moreno Valle.

Esta vez, Casa Puebla no intervendrá

Esta es una de las prácticas  que, a decir de quien fue profesor en la BUAP durante 35 años, debe de terminar con la sucesión rectoral para que haya una nueva forma de Estado de Derecho en la universidad.

El distanciamiento entre Esparza Ortiz y el gobernador Miguel Barbosa Huerta evitó que, como en las dos anteriores administraciones, los perfiles hicieran intercampaña para obtener al apoyo una vez llegando a las campañas.

Como, por primera vez, Casa Puebla no palomeará al perfil el actual rector no tendrá otra opción que ceder el poder el 4 de octubre y, a decir del exdiputado suplente, dos son los perfiles que tienen el visto bueno de Esparza Ortiz: Lilia Cedillo Ramírez, directora del Centro de Detección Biomolecular, y Óscar Gilbón Rosete, extesorero, de los que la primera tiene destacada presencia en investigación, mientras que el segundo proviene de la llamada “burocracia dorada”.

Es por ello que, a pesar de que “vienen del mismo árbol, la diferencia es enorme, no es lo mismo dejar a una investigadora, que a alguien de tu grupo más cercano”, sostuvo a la vez que deseó esperar que el rector no se equivoque al decantarse por alguno de los dos.

Esparza debe rendir cuentas

Al preguntarle si, en caso de que el rector se decida por Gilbón Rosete, esto le permitiría “blindarse”, el exinvestigador contestó que no, ya que Esparza Ortiz deberá de rendir cuentas a la Auditoría Superior del Estado (ASE), la Federal (ASF) y la Fiscalía General del Estado (FGE), ante la que está denunciado por presuntos delitos cometidos en su gestión.

Morales Flores hizo hincapié en que la universidad necesita un líder académico y no más del grupo que sólo se hereda la rectoría, sino que conozca las funciones sustantivas de la universidad que son la cultura, investigación y docencia.

Lo anterior porque señaló que el prestigio de la BUAP es más por el trabajo de los investigadores y docentes, que por un apoyo institucional sostenido, ya que el mismo está influenciado por lo político, lo cual debe cambiar, concluyó el exuniversitario que fue acosado para su jubilación en 2018, la cual aceptó porque tenía una suplencia en la Cámara de Diputados.

Cabe mencionar que el otro aspirante para rector de la universidad es el exdirector del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Francisco Vélez Pliego.

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