De todas, Morena gana casi todas// En la CDMX pierde 6 alcaldías// Ultraderecha: victoria pírrica

Carlos Fernández Vega en su columna México SA, publicada en La Jornada, indica que en La machacona cuan costosa propaganda de la ultraderecha se utilizó la marcha fúnebre de Chopin como música de fondo para adelantar lo que ella vendió como apabullante derrota del proyecto de la 4-T en los comicios del domingo; pero se quedó con las ganas, porque tras los resultados, su enorme aparato publicitario sólo suma, nunca resta. Ello, porque, si bien va y sólo en la Ciudad de México (CDMX), lo que obtuvo fue una victoria pírrica, pues en la megaurbe obtuvo seis de 16 alcaldías (antes de las elecciones ya tenía tres: Benito Juárez, Cuajimalpa y Coyoacán).

Fuera de ahí, perdió prácticamente todo: 11 de las 15 gubernaturas en juego (mismas que ganó Morena); no pudo alcanzar la tan ansiada mayoría simple en el Congreso, lo que sí logró la 4-T, y de las manos se le fue un buen número de posiciones en el resto de la República que mantenían antes de los comicios dominicales. Entonces, ¿apabullante derrota?

Lo que sí hay que celebrar es que los comicios se desarrollaron en un ambiente de tranquilidad, con escasos focos de conflicto ( mapaches incluidos), en el que la ciudadanía acudió a las urnas sin mayores complicaciones. Cierto es que fue copiosa la votación, pero como en toda elección intermedia la afluencia de votantes apenas superó 50 por ciento del padrón.

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Morena y sus conflictos internos

Julio Hernández López en su columna Astillero, publicada en La Jornada de San Luis, indica que los resultados electorales de este domingo han disparado la discusión en Morena respecto a la eficacia de sus dirigentes, Mario Delgado y Citlalli Hernández, presidente y secretaria general del comité nacional, respectivamente, y a las confrontaciones internas que tienen como objetivo la sucesión presidencial de 2024.

A reserva de los resultados oficiales, que aún podrían estar sujetos a objeciones ante el tribunal electoral federal, el desempeño morenista ofrece posibilidades de observación, y de satisfacción o rechazo, desde diversos planos.

Morena y sus aliados tendrán una cantidad menor de diputados federales que en 2018, pero se mantuvo la mayoría simple y desde ahí se podrán tejer acuerdos para alcanzar mayoría calificada en las ocasiones que fuera necesario. El avance en cuanto a gubernaturas es innegable, aunque no corresponda, al igual que sucede en el caso de San Lázaro, a las expectativas originales, que consideraban más triunfos.

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La columna Frentes Políticos, publicada en Excélsior, indica que 1. Voluntad popular. Como un llamado a que se detenga la violencia puede entenderse el resultado de la elección en Moroleón, Guanajuato. Alma Denisse Sánchez Barragán obtuvo casi la mitad de los votos emitidos por los ciudadanos de ese municipio, abanderando a Movimiento Ciudadano. Su madre era la candidata, pero fue asesinada apenas el pasado 25 de mayo; el presunto asesino fue vinculado a proceso y hoy Alma Denisse es la virtual alcaldesa electa. Ganó muy por encima de su más cercana competidora, la panista Grecia Pantoja Álvarez, a pesar de que no terminó la campaña proselitista y prefirió rezar por el descanso de su madre, Alma Rosa Barragán Santiago. El clamor popular: alto a la violencia. No más.

2. Estrategia ruda. No le sirvió de nada a Alfredo Adame, el actor devenido en político, su estrategia de confrontación con los ciudadanos. Mentarles la madre tuvo su consecuencia lógica en las urnas. Le negaron el voto. El actor y conductor, quien contendió por una diputación en Tlalpan bajo las siglas de Redes Sociales Progresistas, no logró obtener ni el 1% de las votaciones. Por supuesto, su nombre e imagen fueron la comidilla en internet, su hábitat. Después de varios escándalos y pleitos, sólo obtuvo un voto en la casilla en la que acudió a sufragar. Sí, el suyo. En total, ni mil personas votaron por él. Ha sido una pérdida de tiempo, de esperanzas y de tinta. De pena ajena.

3. Incansable. Si así fuera para trabajar… El gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, no ha perdido ni un minuto realizando proselitismo para resarcir su mal desempeño como mandatario. No únicamente se le vio en las horas previas repartiendo despensas, situación absolutamente prohibida, tanto por la ley electoral como por los principios del partido en el que milita. Pero poco le importó. Para él la guerra sucia es un deporte. Ahora resulta que culpa a sus opositores de los hechos de violencia suscitados el día de la elección. ¿No la incompetencia y falta de resultados en la entidad son responsabilidad de quien la gobierna? Si se trata de eludir, don Jaime (quien sueña con brincar a una secretaría) es el campeón.

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