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La guerrilla toca la puerta de Casa Aguayo

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que expertos en asuntos de seguridad nacional nos recomiendan dar seguimiento al conflicto que libra el gobierno del estado con las normalistas de Teteles de Ávila Castillo, que ayer fueron desalojadas de Casa Puebla y exhibidas como violentas, ya que seguramente irá en ascenso.

Aseguran que detrás de la Federación de Estudiantes Campesinos Sociales de México (FECSM) se encuentra el Ejército Popular Revolucionario (EPR), que es una organización guerrillera de México.

Sostienen que la Normal Rural “Carmen Serdán”, de Teteles, Puebla, al igual que otras escuelas normalistas, como la Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, la Mactumactzá de Chiapas, y la Emiliano Zapata de Amilcingo, de Morelos, son centros de reclutamiento y formación de cuadros de la organización guerrillera.

Desde su óptica, la toma de Casa Aguayo por más de seis horas, con el apoyo de un grupo de choque que incluso llegó al lugar con bombas molotov, tubos y cohetones para provocar destrozos sólo es el comienzo de una embestida que irá en ascenso en contra del gobierno de Luis Miguel Barbosa Huerta.

Concluyen que incluso no es casual que las detenidas y detenidos tras el desalojo de Casa Aguayo hubieran sido 43, entre ellos algunos normalistas varones de Guerrero, Michoacán y Morelos.

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Roberto Ruiz Esparza se fue de la campaña sin pagarle a su equipo de trabajo

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que intrascendente fue la campaña de Roberto Ruiz Esparza, el candidato del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a edil de Puebla, siendo esa la razón por la cual pocos percibieron que mucho antes del cierre de las campañas electorales dejó de hacer recorridos por la ciudad, de convocar a actos proselitistas e incluso fue el más acrítico, apático, en el debate del domingo pasado de todos los aspirantes. La razón de peso de ese comportamiento es que

se quedó sin equipo de trabajo, ya nadie quiso acompañarlo o colaborar con él en la recta final del periodo de búsqueda del voto.

Y esa deserción del equipo de campaña fue una reacción a algo muy sencillo y grave a la vez: el candidato nunca les pagó sus salarios, los viáticos y en algunos casos, el costo de los proyectos de propuestas que mandó a elaborar para intentar ganarse la confianza ciudadana.

¿Qué pasó? Nadie lo sabe, porque Ruiz Esparza en la medida en que fue transcurriendo la campaña electoral, se fue alejando de la gente que laboraba con él, sabedor de que había un clima de malestar creciente. En resumen: nunca les quiso dar la cara.

No se sabe si se robaron el dinero de la campaña o lo gastaron en actividades ajenas a las labores proselitistas del PVEM. O en su defecto, si nunca hubo dinero presupuestado para sufragar salarios y el costo de los proyectos, por lo que a todos se les mintió diciéndoles que estaban atrasadas las erogaciones para cubrir los gastos pendientes.

Se estima que son alrededor de 40 personas que colaboraron al lado del “Capi” Ruiz Esparza, a quienes se les quedó mal.

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El infierno postelectoral que se avecina, otra vez

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que nadie espere un día de campo electoral, ante la polarización que prevalece en términos políticos.

La contienda se ha cerrado, sin que se haya cruzado la línea entre segundos lugares y punteros.

Tres casas encuestadoras (Reforma, Parametría y El Financiero) otorgan la mayoría legislativa federal a los partidos de la 4T: Morena, PT y Verde Ecologista. En Puebla, se mantiene esa tendencia.

La razón es una: Morena y la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Aquí la interrogante es ¿jalará la federal a la elección local?

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Los factores clave del “Día D”

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que terminaron las campañas.

Lo hecho, hecho está para partidos y candidatos.

Las empresas encuestadoras también han llevado a cabo su chamba y nos muestran instantáneas de cómo podría comportarse el electorado el próximo domingo.

Sin embargo, existen dos elementos que al final resultan fundamentales en cada elección para determinar ganadores y perdedores.

El primero y más importante, el nivel de participación ciudadana.

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Las claves de la elección

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que en las próximas 72 horas habrá algunos ejércitos que abiertamente estarán dejando el alma para cuidar los votos, contar los sufragios y hasta acarrear a los ciudadanos. Habló de esos equipos que oficialmente tienen los partidos políticos y que son parte importante en las elecciones del próximo domingo.

A la par existen otras estructuras que podrán influir realmente en el ánimo de los votantes e incluso en los resultados electorales: el ejército y la iglesia.

¿Cuál estima usted que será el sentido de los militares que han sido sobajados por el gobierno de Andrés Manuel, de aquellos que lo mismo han tenido que teñir sus uniformes que detener migrantes o cambiar sus tareas habituales por actividades de construcción?

En el caso de la iglesia, no podemos regatear la enorme influencia que muchos sacerdotes tienen frente a comunidades enteras.

Imagina usted cuál será el sentido del voto en aquellos espacios donde los clérigos insten a los feligreses a reflexionar y elegir entre lo que hoy se padece con la falta de medicamentos, el alza de precios y la inseguridad contra la oferta de tener gobiernos disciplinados que reconozcan los datos reales, eviten la polarización y recuperen las instituciones.

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