La vigilancia internacional de la seguridad se incrementará si el crimen organizado avanza.

Hemos sido testigos de un acontecimiento singular por la forma y el significado del suceso en un país de libertades religiosas: la presencia del Nuncio Apostólico a un territorito ocupado por el crimen organizado.

El representante del Estado Vaticano llegó a la ciudad de Apatzingán y a la mañana siguiente se trasladó a Aguililla, antes pasó por la comunidad de El Aguaje, en donde varias familias le expresaron que, de sus dos mil habitantes, ya solamente quedan 300, pues han tenido que emigrar debido a la inseguridad.

La visita del representante papal tiene tres significados de capital importancia:

Observación.- La zona de Tierra Caliente es un espacio ocupado por diversos grupos armados, sean de orden criminal o civil y hasta candidatos a puestos de elección popular postulan; en todo caso, la presencia del Nuncio indica la vigilancia que otros gobiernos, más allá de uno nacional, practican en nuestro país.

Vacío.- Independientemente de lo que se anunció en las alocuciones públicas, la sola visita indica que hay un vacío de poder, pues de lo contrario hubieran sido las autoridades nacionales quienes se hubieran hecho presentes para vigilar y controlar la situación en la zona. En suma, un poder extranjero ocupó el vacío político en una zona insegura del territorio nacional.

Política.- El Nuncio tiene por los menos dos roles que realizar, representar a un Estado extranjero y a una religión reconocida legamente en un país laico. Si su visita fue en cualquiera de los roles, para efectos prácticos su impacto es el mismo: no es posible que se inmiscuya en asuntos de competencia nacional; sin embargo, como la autoridad no lo hace el vacío político fue ocupado.

En el país la seguridad pública es una función del Estado como lo determina la Constitución, por lo que si un gobierno extranjero se abroga el derecho de manifestarse sobre el tema perturba la vigencia de nuestras normas.

La visita del Nuncio es un claro ejemplo de cómo la seguridad pública de un país es un asunto que trasciende el rol de las policías, el problema del delito o las competencias de las instituciones encargadas de ello.

El ecuatoriano Leonardo Cáceres Z. expresó: “La religión vuelve idiotas a unos seres humanos, alivia la tristeza a otros, mata a muchos y enriquece a unos pocos. ¿Acaso no es lo mismo que hace la maldita droga?

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29 de abril de 2021

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Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y en gobiernos locales en áreas de gobierno y seguridad. Ha sido profesor en la Universidad de las Américas y del...