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Cartas a Gracia

Comparto tu escepticismo cuando señalas que sería difícil que todas las entidades tuviesen un pronto regreso a las escuelas a pesar de las buenas intenciones que pudiese tener la administración federal y, del retorno a clases presenciales en 137 escuelas rurales ubicadas en 9 municipios del estado de Campeche; instituciones a las que debería sumarse otra que hizo lo propio en Oaxaca Gracia. Aunque sería importante reconocer que el ritmo de vacunación sea medianamente acelerado y que, para el viernes 23 de abril, las autoridades de SSA habrían reportado la vacunación de más de 15 millones de personas, sumado a que se habría iniciado con la inoculación de “más de 529 mil trabajadores del sector educativo” en Chiapas, Coahuila, Nayarit, Veracruz y Tamaulipas“; entidades que concluida la vacunación de las y los interesados, presuntamente regresarían a las aulas el 15 de mayo.

Señalas Gracia y coincido contigo, cuando puntualizas que en el programa piloto iniciado hace ocho días en 9 de los 11 municipios que conforman a Campeche sería nimio; pues, se habrían reanudado clases en solo 137 escuelas de educación obligatoria de los 23 131 planteles con las que cuenta la entidad; que solo estarían asistiendo a las aulas aproximadamente 5 900 niñas, niños y adolescentes de las y los 642 383 que conforman su universo, y que tan solo reanudarían labores 278 docentes de los 120 200 que trabajan en ese estado; aunque medios locales como Milenio, darían cuenta de la irregular asistencia del personal docente y directivo. Por otro lado, mencionas con admiración el retorno a clase que se diera “en la escuela primaria Gustavo Díaz Ordaz de Santiago Quiavijolo” a instancias, aparentemente, de madres de familia, como relata Quadratrín Oaxaca.

En paralelo te comentaré que el Boletín SEP no. 82 publicado hace 3 días, anunciaría que el día miércoles 28 de abril -a tan solo un día de la conmemoración del Día de la Niñez- se proseguiría con la vacunación del personal docente de los estados de Aguascalientes (39 mil 162 personas); Baja California (96 mil 152); Jalisco (202 mil 350); Nuevo León (128 mil 309) y en Oaxaca (102 mil 525); datos que arrojarían un total de 568 mil 498 trabajadores del sector educativo vacunados y que, de concretarse, se sumarían a los poco más de 529 mil vacunados en las 5 primeras entidades y que prefigurarían un escenario pro regreso a las aulas.

Sin embargo e independientemente de que para el inicio del ciclo escolar 2021-2022 varias entidades cumplirían con dos de las condiciones fijadas por las autoridades educativas y de salud así como contar con un semáforo epidemiológico en verde, con las y los trabajadores de la educación vacunados para que niñas, niños y adolescentes y personal docente y directivo caminen rumbo a las escuelas, personal directivo de escuelas de educación básica (Laura Poy Solano, La Jornada 24-4-20, pag.10), organizaciones de docentes como la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, (https://www.milenio.com/politica/cnte-condiciones-volver-clases-presenciales-covid), y analistas del quehacer educativo externarían que aún a pesar de contar con las dos premisas ya descritas y presumir la colaboración de madres, padres de familia y tutores, no habría condiciones para reabrir todas las escuelas.

Con toda oportunidad, haces notar que aunque las y los trabajadores de educación pública y privada de la Ciudad de México estarían vacunados en el transcurso del mes de mayo y que la capital de la república podría transitar de los colores naranja o amarillo al verde en agosto próximo, las condiciones deficientes de infraestructura física que padecen muchas escuelas, harían inviable el regreso a clase; y no porque el personal docente y directivo o las madres y padres de familia se opusiesen, simplemente por carecer de lo más indispensable en tiempos normales: falta de agua potable y alcantarillado que se agudiza en tiempos de pandemia.

El cuadro Servicios básicos, Infraestructura y equipamiento escolar, Indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 4; Porcentaje de escuelas que cuentan con servicios básicos, infraestructura o equipamiento, publicado en la página 54 de las Principales Cifras del Sistema Educativo Mexicano (https://www.planeación.sep.gob.mx) les daría la razón. Solo el 73 por ciento de las escuelas de educación básica y el 77.2 por ciento de educación media contaría con agua potable; porcentajes que permitirían deducir que la niñez y los jóvenes que asisten a más de 39 mil escuelas de las 157 mil 529 consideradas para elaborar el cuadro de referencia, no podrían lavarse las manos. Cuestión que se agudizaría al revisar el rubro, escuelas que están “equipadas con lavabo de manos” dado que solo 68.4 por ciento de las de básica y 78.8 por ciento de media superior de las 157 mil consideradas, cuentan con ellos. El cuadro daría cuenta de otros servicios básicos para el desarrollo normal del proceso pedagógico: el 15 por ciento en términos globales no cuenta con electricidad, y solo una de cada dos escuelas de básica y una de cuatro de media superior, cuentan con alguna computadora; mientras que solo una de cada tres escuelas preescolares, primarias y secundarias tiene acceso a internet y un poco más de una de cada dos bachilleratos cuentan con ese servicio.

Hacer notar las condiciones deficientes de la infraestructura física escolar como lo hace la CNTE, no significaría oponerse al regreso a clases presenciales en las aulas y en las escuelas. Simplemente, resaltan los nichos de oportunidad que podrían utilizar aquellos que son responsables de mantenimiento a las instituciones públicas en condiciones óptimas: las autoridades educativas.

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