Los comicios de junio no serán un referéndum de los gobiernos locales de Morena
Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que si alguien llegó a considerar que los comicios intermedios del primer domingo de junio de este año se convertirían en una especie de referéndum o plebiscito de la gestión del gobernador Luis Miguel Barbosa, francamente se equivocó.
Y no lo son ni lo serán por una sencilla razón: ni los candidatos, ni los partidos de oposición que participan en esta elección agrupados en la coalición Va por México quieren hacer una campaña de contraste, ni polarizar con el ejecutivo del estado.
La explicación es doble. Por un lado, unos tienen caca en la cola o la cola muy larga para confrontar al gobernador, y otro miedo de que éste los investigue, les acredite responsabilidades reales o ficticias, y les inicie procesos penales o administrativos.
Ese y no otro es el motivo del inocuo, vacuo y desarticulado discurso de campaña de los dirigentes, partidos y candidatos del bloque integrado por el PAN, el PRI y el PRD y la explicación del por qué hasta sus candidatos a diputados federales han optado por olvidarse de la agenda nacional y del presidente López Obrador, para enfocarse en lo que parece el eslabón más débil de Morena y la coalición Juntos Hacemos Historia, la figura y el gobierno municipal de Claudia Rivera Vivanco.
De AMLO no dicen nada por la popularidad y aceptación que éste tiene entre los estratos populares, votantes jóvenes y de baja escolaridad, y del gobernador Miguel Barbosa tampoco por miedo a que éste use la Auditoría Superior del Estado, la Fiscalía General del Estado o la Secretaría de Finanzas para investigarlos, perseguirlos o enviarlos a la cárcel.
Mauricio Toledo echa mano de la estructura morenovallista para hacer campaña en Texmelucan
Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que el cuestionado Mauricio Alonso Toledo Gutiérrez ha arrancado muy mal su campaña como candidato petista a diputado federal de San Martín Texmelucan, pues al carecer de un equipo regional para hacer proselitismo ha echado mano de Roberto Solano, quien fue el operador de cabecera del finado ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas en esa demarcación distrital. Esa condición le ha generado el rechazo de importantes cuadros de simpatizantes de la 4T que no aceptan que con este aspirante estén de regreso los morenovallistas.
Un segundo tropiezo del abanderado petista es que se dice que ha entrado en conflicto con la presidenta municipal de San Martín Texmelucan, Norma Layón Aurún, quien buscará la reelección bajo las siglas de la alianza Morena-PT.
Se dice que en el primer encuentro que tenían para hacer el diseño de una campaña electoral conjunta, chocaron los egos de ambos personajes y la reunión acabó a gritos, pues los dos se ostentan como expertos en ganar votos y no permiten ideas de nadie más.
El karma de una elección
Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que la elección del 1 de julio del 2018 que inició en Puebla con violencia: muertos, robos de urnas y presencia de pandilleros ante la ausencia de la fuerza pública, concluyó con la evidente ruptura de la cadena de custodia de los paquetes electorales.
El árbitro, el Instituto Estatal Electoral, plegado a las órdenes del morenovallismo, lo que menos le importó fue la imparcialidad democrática.
El resultado fue el despojo del triunfo a Luis Miguel Barbosa, quien llevó su denuncia ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuyos magistrados antes de favorecer al morenovallismo, exhibieron las irregularidades en todo el proceso y la forma en la que el IEE descuidó la cadena de custodia de la paquetería de los votos.
Morena procedió a denunciar a los consejeros electorales por mapaches ante el Instituto Nacional Electoral y este organismo, tres años después, exoneró a los funcionarios, con lo que dejó ese mal sabor a impunidad.
Protegió a los consejeros denunciados, algunos ya sin funciones, y emitió sanciones hacia funcionarios menores.
El voto del miedo
Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que vender un escenario de inestabilidad social o política en plena coyuntura electoral, es una efectiva herramienta para ahuyentar a los votantes de las urnas.
Se ha ensayado en infinidad de ocasiones con el objetivo de minimizar la posibilidad de que se den cambios radicales.
Inhibir la participación social, factor fundamental para las transformaciones de tipo político, es el objetivo.
En Puebla, esta estrategia se aplicó al pie de la letra en la coyuntura de la elección a gobernador en el 2018.
De acuerdo con el presupuesto electoral del morenovallismo, si existía una participación efectiva de por lo menos 65%, la continuidad de este grupo en lo más alto del poder político local estaba en grave riesgo.
Amparo, la virgen favorita de los políticos
Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que el que nada debe, nada teme, reza el dicho, pero al parecer nuestros políticos poblanos tienen bastantes razones para implorar los milagros de la Virgen de los Amparos.
Ayer se reveló que al menos seis figuras políticas, entre ellos exalcaldes, exservidores públicos y hasta un exmagistrado, solicitaron amparos para evitar que sean llevados a la cárcel.
Los delitos por los cuales la Auditoría Superior del Estado (ASE) ha requerido las investigaciones penales pueden englobarse en dos: desvío de recursos públicos y malversación de fondos.
Sí, estos angelitos y angelitas, porque la corrupción también es incluyente, encontraron en el servicio público a la gallina de los huevos de oro.
La imagen de los políticos en México y Puebla se reafirma con esta cascada de amparos que presentaron figuras que hace apenas unos meses se sentían con el poder suficiente para realizar negocios poco transparentes con dinero que ni suyo era.
