Diego Cañadero Cruz, habitante de la comunidad de El Paraíso, en Huitzilan de Serdán, dijo que es importante que el pueblo conozca su historia, en especial los jóvenes, para que no se vuelva a repetir la época de terror que azotó a su municipio.
Contó que sus padres sufrían mucho, pues escaseaba el alimento y tenían que soportar largas jornadas de trabajo; comentó que su padre trabajaba en las tierras del señor Gustavo Aco, y sólo recibía medio almud de maíz, que no alcanzaba ni siquiera para saciar el hambre.
“Yo estaba consciente de cómo fue que sufrieron nuestros padres, cómo la fueron pasando, ganaban muy poco dinero, no alcanzaba para que comiéramos siquiera un poco; nos queríamos servir un poco de comida, pero, pues, nunca se pudo porque no alcanzaba su paga”, recordó.
El habitante de la localidad dijo que los caciques y la UCI llegaron a asesinar a muchas familias, quemaron casas y despojaron a los pobres de sus tierras. Pero fue hasta el año de 1984 cuando llegó el Movimiento Antorchista Nacional, a dar esa verdadera libertad a los huitziltecos. De ser un pueblo marginado y olvidado, pasó a ser un municipio de progreso.
Por último, invitó al pueblo huitzilteco a que no se rinda en este camino que ha trazado el Movimiento Antorchista desde hace 37 años, pues gracias a la organización el municipio ha tenido un desarrollo favorable.
DJM