*Por: Mtra. Sofía Velázquez Ramírez Llaca

La vuelta a las aulas será un proceso paulatino y cambiante. Conforme las circunstancias de la pandemia fluctúan, las instituciones educativas del país y del mundo tendrán que alternar entre la presencialidad y el aprendizaje remoto. No regresaremos a lo que teníamos antes: habrá protocolos de cuidado de la salud, limitaciones de aforo, y tendremos que estar preparados para volver al confinamiento sin contratiempos.

Este escenario nos lleva a imaginar modalidades híbridas; pero, ¿qué es la educación híbrida? Se trata de aquella que combina la enseñanza presencial y remota, y no es un concepto nuevo. Un ejemplo frecuente son los programas semipresenciales, donde hay momentos de trabajo en línea autodirigido y momentos donde el grupo se reúne en las aulas. Esta estrategia y otras similares, tienen en común la rigidez, puesto que los momentos de trabajo en línea y presencial están predeterminados. Sin embargo, la circunstancia actual requiere de fluidez. Una posibilidad puede encontrarse en el modelo HyFlex, o híbrido-flexible.

El modelo HyFlex (Beatty, 2019) tiene cuatro principios fundamentales: alternativas: la elección constante del estudiante entre los modos de participación disponibles (presencial y remoto); equivalencia: cualquier mezcla de modos de participación elegida debe conducir a resultados similares; reuso: los elementos de las actividades pueden ser aprovechados por todos estudiantes (grabaciones de clase, discusiones grupales, etc.); y accesibilidad: el estudiante debe contar con las capacidades tecnológicas necesarias tener acceso a los modos de participación.

La flexibilidad que ofrece este modelo podría ser clave para responder a las necesidades actuales, de los estudiantes y del entorno. En un reciente sondeo, los estudiantes de la Ibero Puebla expresaron un gran deseo de volver al campus, pero también preocupaciones en cuanto a la salud, la logística y el costo económico de rentar una vivienda en el caso de los estudiantes foráneos. Algunos piden explícitamente que el regreso sea voluntario.

El modelo HyFlex puede integrar hasta tres modos de participación en un curso: el presencial en el salón de clases, y dos modos en línea: síncrono y asíncrono. El modo online síncrono es el que mayor inversión tecnológica implica, puesto que los estudiantes remotos deben poder ver y escuchar al profesor y a sus compañeros, y poder ser vistos, escuchados y participar con ellos. El modo online asíncrono, implica el uso de una plataforma de aprendizaje (LMS), como Moodle. La elección institucional entre síncrono y asíncrono podrá depender del tipo de asignatura.

En ambos casos, los mayores esfuerzos iniciales son la inversión en tecnología y la adaptación y diseño de cursos en distintas modalidades paralelas, donde se cumpla el principio de equivalencia. Sin embargo, hay buenas noticias: tras más de un año de enseñanza en línea, los profesores ya han avanzado en la creación de entornos virtuales de aprendizaje. Será mucho más fácil partir de un curso ya adaptado para lo virtual, y añadir la ruta presencial, que el ejercicio opuesto. Además, las buenas prácticas docentes desarrolladas en los últimos meses, seguirán siendo aprovechadas.

Es un tema complejo con muchos factores a considerar. Además de los ya mencionados, está la capacitación y esfuerzo docente para atender a estudiantes en entornos distribuidos, la promoción de la interacción y la generación de comunidad, inquietudes sobre la privacidad al usar grabaciones de clase, entre otros. Como ventajas, además del darnos una respuesta ante la situación sanitaria, está el hecho de avanzar en la formación de generaciones de estudiantes más autónomos y con mayor conocimiento de sí mismos, donde la educación formal no les quite sus elecciones personales, sino que las promueva. Además, puede permitir a las universidades ampliar su matrícula más allá de la capacidad de las aulas y la zona geográfica cercana.

El momento histórico nos ofrece la oportunidad de reflexionar colectivamente sobre cómo queremos que sea la educación no solo en el primer momento de regreso a las aulas, sino de aquí en adelante. En mi opinión, la flexibilidad debe ser uno de sus pilares.

*Maestra en Tecnología Educativa por la Universidad de Saarland en Alemania. Licenciada en Innovaciones Educativas por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). Se ha desempañado profesionalmente en coaching y capacitación docente en tecnologías e innovación para el aprendizaje, diseño curricular, investigación, docencia, y consultoría educativa en distintos proyectos de educación superior. Actualmente, colabora como académica en la Coordinación de Educación Virtual de la Universidad Iberoamericana Puebla, donde imparte el Taller de Creación de Video Educativo a profesores.

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