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En su novela El Adolescente, escribe Dostoievski: “Hay individuos (cito de memoria) que se percatan que el abismo está bajo sus pies…Y sin embargo corren hacia él”.

Estas palabras podríamos aplicarlas también a los partidos políticos, sobre todo a Morena: todo parece indicar que esta organización se desliza con una rapidez escalofriante hacia la el desfiladero de la derrota y la descomposición, y esto lo observamos claramente en Puebla, entidad en la que las mafias morenistas (sobre todo las que se han enquistado en espacios tan importantes como la ciudad capital) no tienen empacho en repartirse sin pudor las candidaturas para el proceso electoral que se avecina, contando al respecto con el respaldo de la Nomenklatura encabezada por Mario Delgado, quien, como dice el refrán popular, “va que vuela” para convertirse en el Jesús ortega y/o Jesús Zambrano de Morena.

El proceso de selección fue realmente desaseado: ni siquiera se tuvo la molestia de recurrir a las encuestas. Se trató lisa y llanamente de una imposición, sobre todo en el caso de la actual alcaldesa de nuestra ciudad capital.

A nivel nacional la Nomenklatura impuso a familiares de líderes y funcionarios morenistas, entre ellos el hijo del secretario de Turismo federal, Miguel Torruco; el hermano de la secretaría de la Función Pública, Pedro Almícar Sandoval; Fernando Tiscareño Luján, sobrino de la presidenta del Consejo Nacional de Morena; Esther Berenice Martínez Díaz, hija del superdelegado de Nuevo León, y la prima del presidente López Obrador, Manuela del Carmen Obrador Narváez.

Impuso también a personajes del mundo del espectáculo entre ellos, y la empresaria e integrante del programa Shark Tank México, Patricia Armendáriz; el padre del piloto de F1 “Checo” Pérez, Antonio Pérez Garibay y el vocalista de la Banda Jerez, Marco Antonio Flores Sánchez.

Así las cosas, no es de extrañar que hayan estallado diversos movimiento de protesta a lo largo y ancho del país entre las filas de Morena, destacando al respecto una “Mega marcha”, convocada por la militancia de Hidalgo. En otras entidades, como Campeche, cientos de miembros de Morena han decidido renunciar. En Puebla, el local de Morena fue tomado por decenas de militantes inconformes.

En un escrito que está por aparecer, el destacado sociólogo Heinz Dieterich escribe: “Si por Partido se entiende una organización que administra el poder político nacional en interacción con los ciudadanos y el Estado –como interfase—entonces, Morena no existe. Lo que sí existe es un aglomerado electoral paralizado en su evolución por las ambiciones de sus líderes… La parálisis del organismo es de tal magnitud, que a 16 meses (¡!) del triunfo electoral, Morena no ha sido capaz de auto-organizarse. Peor aún, ni siquiera tiene un registro de su identidad comunitaria. No sabe, quiénes son sus miembros. Y sin un registro confiable de sus miembros, no puede renovarse democráticamente a la dirección”.

Si bien el liderazgo de AMLO continúa siendo un factor fundamental para la permanencia de la Morena en el poder, no nos extrañaría que en el proceso electoral que se avecina la 4T enfrente serios reveses.

Como escribimos en nuestro artículo anterior, AMLO hace trabajos… no milagros.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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