A pesar de que la religión católica sigue siendo dominante en nuestro país, con casi 8 de cada 10 personas que la profesan, desde hace algunas décadas en varios estados de México, y Puebla no es la excepción, ha aumentado la presencia de organizaciones religiosas que operan como sectas que pueden tener una influencia política.

Existen algunas que se encuentran registradas ante la Secretaría de Gobernación y se han vuelto populares por los escándalos sexuales de sus “líderes espirituales” como el caso de Naasón Joaquín García de la Luz del Mundo, personaje homenajeado en el Palacio de Bellas Artes por políticos de Morena, y actualmente detenido en Estados Unidos.

Sin embargo, existen otras organizaciones, principalmente evangélicas, que no están a la luz pública, operan sin registro, y su influencia puede ser tan grande como para persuadir a las personas a vender sus pertenecías para dárselas al líder, entregar una bonificación mensual e incluso de votar por algún personaje político.

Morena usa esta fórmula, una mezcla entre religión y política y su modelo se alimenta de los vínculos que sostiene con evangélicos y organizaciones como Nxivm de Keith Raniere, éste último personaje sentenciado a cadena perpetua por los delitos de explotación sexual, trata de personas, extorsión y pornografía infantil.

La secta de Raniere ha involucrado a personajes de la esfera política del partido en el poder como la candidata a la gubernatura de Nuevo León, Clara Luz Flores o Mario Delgado, vinculado por el portal informativo “Animal Político”, el pasado 4 de marzo.

Tampoco es casualidad que Antonio Anttolini, aspirante a diputado federal por Coahuila, en una entrevista realizada este lunes en el programa “Tragaluz”, de Latinus, comparara al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con Mahatma Gandhi, Mandela y Jesucristo, levantando polémica y desatando una ola de memes en redes sociales que ridiculizaron la comparación profética.

Precisamente es la evocación profética lo que ocurre en estas sectas que usan citas bíblicas como la de Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan; porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas” o Malaquías 4:5-6: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Dios, grande y terrible“.

El tal profeta, de acuerdo con estas sectas, puede ser humano. Así elevan a las autoridades o a los “líderes espirituales” a rango de profeta.

La fórmula puede ser llevada al ámbito político como podemos ver actualmente en el comportamiento de este régimen que mantiene un discurso dogmático y actúa de forma totalitaria. La humanidad ya conoció los resultados de mezclar la política con la religión.

@MaritzaMena7

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