Aún cuando hoy persisten opiniones encontradas respeto al grafiti, el muralista Guillermo “Golpe” Salazar Martínez resaltó cómo el arte urbano lo acercó a diferentes culturas, incluso fuera del país, además de que fue una forma de convivencia en su comunidad.
En entrevista con este medio, el poblano, quien enseña en el Instituto Municipal de Arte y Cultura (Imacp), señaló que, a pesar de los estereotipos, el grafiti es algo “sagrado” para los artistas, a lo que mucha gente dedica la vida y, en su caso, le ha permitido salir de México, sueño que en su juventud le parecía lejano.
A más de 20 años de incursionar en esta disciplina, aún rememora cómo esta aspiración nació cuando cursaba el bachiller en la capital poblana, en el barrio de Analco, entre charlas con sus compañeros de “crew” –grupo que hace grafiti–, con el único objetivo de dejar su firma en otro país.
“Nos juntábamos a escuchar música, bandas como Todos tus Muertos, Ska-p, Los Fabulosos Cadillacs (…) en eso, nos dijimos: tenemos que ir algún día a España, a Argentina, a uno de estos países, si quiera a dejar una firma”, relató.
Tras salir de la escuela, el artista contó cómo por temas económicos tuvo que esperar hasta por fin “cruzar el charco”, cuando en 2016 logró arribar a Francia y posteriormente a España, donde logró montar y entrar a colectivos con los cuales logró plasmarse en las calles europeas.
Tras un par de visitas, de vuelta en tierra azteca, realiza murales eventualmente, mientras que ahora ha abordado la pintura sobre óleo y otras técnicas; recientemente, participó en una exhibición en la galería Las Conchas, recinto ubicado en el Centro Histórico.
Asimismo, a inicios de este 2021, comenzó a impartir, de la mano con el Imacp, talleres vía remota para el Teatro José Recek Saade, con los que espera cambiar la visión respecto al arte urbano, pues aunque hay menor rechazo, aún ve cierta cerrazón al grafiti.
