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Durante mis recorridos en las colonias de mi distrito muchas personas me preguntan si las vacunas contra el Covid que están llegando a México son realmente eficaces y cuál de todas es la mejor. Mi respuesta siempre es la misma: para que una vacuna sea 100 por ciento segura tiene que probarse durante varios años. Lo que sabemos es que las vacunas aprobadas son efectivas contra el virus, pero sus efectos secundarios se irán conociendo con el tiempo.

Ahora bien, respecto a cuál de ellas es la mejor, yo creo que la que esté disponible cuando nos toque vacunarnos será la indicada. Todas las que se han aprobado o que están a punto de autorizarse, tienen una efectividad superior al 90 por ciento. Así que habrá que ponerse la que esté disponible, porque esa será la mejor.

Lo que no debemos pensar es que la vacuna va a venir a resolvernos la vida. Recordemos que el virus muta y se vuelve más resistente. Hasta el momento, se sabe que algunas variantes del virus original han aparecido en Gran Bretaña, Sudáfrica y Brasil. La buena noticia es que las vacunas desarrolladas reportan ser eficaces contra estas nuevas mutaciones. La mala, es que seguirán apareciendo nuevas variantes que, probablemente, dejen sin efecto algunas de las vacunas disponibles. Por ejemplo, en Jalisco ya se reportó la presencia de una nueva mutación, la conocida como E484K detectada por primera vez en Brasil. El problema es que algunos de los infectados reportan no haber tenido contacto con personas de aquel país, por lo que podría tratarse de la nueva variante mexicana.

Además, tengamos en cuenta que seguirá habiendo retrasos en la entrega de vacunas dada la creciente demanda y los problemas de producción y acaparamiento que se han presentado a nivel global. Esto nos obligará a realizar ajustes adicionales en el calendario de vacunación dejando expuesta por más tiempo a una gran cantidad de población vulnerable. A lo anterior hay que sumar los problemas propios de la logística de vacunación. Durante la primera etapa de inmunización a personal médico surgieron problemas logísticos de consideración, por lo que es previsible que cuando el reto sea mayor, las cosas se compliquen. De hecho, un reciente estudio de Goldman Sachs prevé que en junio, México apenas habrá vacunado al 25 por ciento de su población, es decir, unas 30 millones de personas.

Por eso creo que si realmente queremos fortalecer nuestro sistema inmunológico, no debemos fincar todas nuestras expectativas en la vacuna, sino en cuidar desde ahora nuestra salud a partir de una visión integral. Ello implica aprovechar esta coyuntura para lograr un cambio de mentalidad que nos permita modificar nuestros hábitos de consumo y nuestra idea de bienestar físico, mental y espiritual.

No solo debemos apostarle a la vacuna contra el Covid, sino también a la vacuna contra el sedentarismo y los malos hábitos que son los que más dañan nuestro cuerpo y nuestra mente. Y la clave para lograrlo consiste en adoptar una perspectiva preventiva respecto al cuidado de nuestra salud que nos permita proteger nuestro cuerpo y nuestra mente de las amenazas y riesgos constantes de padecer alguna enfermedad. Así que un cambio profundo en nuestros hábitos, es decir, en lo que comemos, en el ejercicio que hacemos y en lo que pensamos, será también nuestra mejor vacuna frente al Covid.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Extitular de la Secretaría de Gobernación de Puebla. Fue diputado federal por el Partido Encuentro Social. Licenciado en Economía, egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México. Ejerció...