México decidió ser parte del lado opresor cuando se abstuvo en la votación de junio del año pasado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que Nicolás Maduro cesara la usurpación de funciones y dejara de interferir en la vida de los partidos políticos independientes. Actualmente legisladores de oposición al régimen de la Asamblea Nacional se les acusa de “querer aniquilar la República”.

Para una sociedad que vive en un país que perdió la autonomía de organismos como el Banco Central o de la Comisión Nacional Electoral es difícil no creer afirmaciones que se alejan de la realidad como la de vivir en un Estado donde las elecciones son realmente libres.

El embate hacia los organismos autónomos es parte de un decálogo aplicado y comprobado en naciones de América Latina afectados por el socialismo del siglo XXI que viven gobiernos dictatoriales. Tal parece que la primera revisión que se realizó este lunes en Palacio Nacional sobre la elaboración de un paquete de reformas para que los organismos autónomos sean absorbidos por dependencias, va en el mismo sentido.

Los órganos autónomos son aquellos creados fundamentalmente en la Constitución y no se adscriben a los poderes tradicionales del Estado, actúan con independencia en sus decisiones y estructura orgánica, son depositarios de funciones estatales que busca desmonopolizar, independizar o transparentar a la sociedad. Algunos de ellos son el INE, el INAI, la CNDH, el Inegi, la Cofetel o el Ifetel.

Si el INEGI dependiera del Gobierno, como busca la pretendida reforma de Ley, la sociedad no sabría que, de enero a agosto, los fallecimientos por Covid fueron 108 mil 658 y no 75 mil 17 como reportó la Secretaría de Salud Federal, es decir, 44 por ciento más.

Otro ejemplo es el del INAI, organismo que a través de solicitudes de información ha revelado del actual gobierno contratos millonarios a medios de comunicación afines o altos sueldos a “intelectuales” que defienden el régimen; por cierto, fue después de este hecho que se anunció desde “la mañanera” la presentación de un paquete de reformas a los organismos autónomos.

Y qué decir del garante de las elecciones, el INE, el cual se ha ido perfeccionando en una incipiente democracia como la nuestra y que su control podría desembocar en la consolidación de una dictadura, de las que han llegado a Cuba o Venezuela, donde las elecciones están evidentemente controladas por su gobernante.

Hoy en nuestro país los organismos autónomos encargados de dar viabilidad a la economía de México, la democracia o la transparencia están siendo seriamente amenazados. Su desaparición no solo provocaría estar viviendo de lleno en un régimen dictatorial sino oscurantista que busca esconder la verdad con el fin de sumir a la sociedad en la ignorancia de “otros datos”, secuestrando con ello su capacidad de tomar decisiones adecuadas para su sobrevivencia.

@MaritzaMena7

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