¿Eres de los que se muerden las uñas cuando estás nervioso o ansioso? ¿Sabías que este comportamiento puede producir problemas en los dientes, deformaciones en la cutícula, infecciones, alteraciones en la dermis e incluso la pérdida de la uña?
Pues bien, aquí te hablaremos un poco de la onicofagia, que es el nombre que se le da al hábito compulsivo de morderse o comerse las uñas.
De acuerdo con la psicóloga Leticia Doñagueda, esta es una conducta frecuente en niños y adolescentes que tiende a desaparecer en la adultez y se cambia por otras, como morder el bolígrafo o fumar.
Por su parte, la especialista Lidia Asensi señala que la onicofagia está incluida dentro de los trastornos de tipo obsesivo compulsivo, relacionado con una elevada ansiedad, lo cual puede desencadenar que aparezcan bacterias, hongos y virus; un acortamiento y la modificación de la forma de la uña; afectar a las encías y el aumento de enterobacterias en la flora bacteriana de la boca.
Motivos que llevan a morderse las uñas
Los principales motivos que llevan a las personas a comerse las unas son: el estrés, para calmar la ansiedad, baja autoestima o timidez, e incluso el miedo, lo cual a la larga puede afectar el estado físico, emocional y social de las personas, pues puede ocasionar infecciones o desfigurar dedos y dientes, generar frustración al tratar de dejar este hábito y afectar la imagen de la persona.
Para empezar a dejar esta conducta, hay tratamientos que van desde usar esmaltes con sabor amargo, mantener las uñas cortas y practicar un deporte, sin embargo, si esto no es suficiente, es necesario acudir con un especialista.
Principalmente, hay que reconocer en qué momentos o con qué emociones surge dicha conducta para comenzar a trabajar en ello y afrontar las situaciones, explica Asensi.
De acuerdo con las estadísticas, hasta un 45 por ciento de la población, principalmente mujeres, ha tenido este hábito, el cual puede implicar incluso a las uñas de los pies.
Fuentes: ABC Bienestar / Hola