columna-invitada

Por Adrián Salazar

En las ultimas semanas, el señor Secretario de Gobernación municipal de la ciudad de Puebla, René Sánchez Galindo, ha venido reiterando, una y otra vez -con agresividad creciente- su aversión a los comerciantes ambulantes, muy particularmente a los que políticamente militan en las filas del Movimiento Antorchista. So pretexto del retiro de los ambulantes de la vía pública, conforme el decreto emitido por el Gobierno del Estado, en el que el confinamiento se amplía hasta el 25 de los corrientes, a fin de evitar que colapse el sistema de salud por la pandemia de coronavirus.

Pues bien, nuestro flamante funcionario morenista no ha perdido ocasión para hacer un uso faccioso de los micrófonos cobijándose en el poder que su investidura de servidor público le confiere, y engañando e insultando la inteligencia de los poblanos con mentiras mal hechas y que lo conllevan a una contradicción flagrante.

No es la primera vez, insisto, en que Sánchez Galindo despotrica en contra de los comerciantes ambulantes antorchistas; esta actitud se viene presentando desde meses atrás. En su fallida “estrategia” de acabar con el “comercio informal”, el gobierno municipal ha recurrido a los operativos hechos por personal del ayuntamiento, en los que agreden, golpean y humillan a quienes día a día salen a buscar una forma honrada de ganarse la vida. Pese a eso, el ambulantaje ha persistido, pues correrlos a golpes de las calles no resuelve el problema del desempleo, sin embargo, ese ha sido motivo suficiente para acusar a los antorchistas de reacios, intransigentes, necios y demás adjetivos.

Posteriormente con el agravamiento de la pandemia, y ante la falta de apoyos para que las familias puedan quedarse en sus casas sin la necesidad de salir, las familias humildes se vieron en la disyuntiva de morir de hambre al quedarse de brazos cruzados o arriesgarse a infectarse y salir en busca del alimento diario que llevar a las mesas de sus hogares. Nuevamente vino la embestida mediática en contra de los antorchistas.

Sin embargo, en su empecinada “estrategia” de confinar a los comerciantes ambulantes en sus hogares para que mueran de hambre, hay quienes se niegan a acatar tal destino al que los condena este gobierno de Morena e insisten en vender lo mucho o poco que puedan en las calles; y haciendo caso de las medidas de sanidad como la sana distancia, el uso del cubrebocas y el gel antibacterial, buscan ganarse la vida honradamente.

Los hechos demuestran que la realidad choca de frente con los embustes de nuestro inquisidor. Diferentes medios informativos revelaron que el Comité de Seguimiento del propio ayuntamiento de Puebla reportó que se ha registrado el 76 por ciento de ausentismo del comercio en vía pública, mientras que el comercio formal establecido reportó apenas el 55 por ciento de acato de cierre en el Centro Histórico, demás de que el comportamiento de cumplimiento de los tianguis tuvo un aumento de 10 puntos, en comparación con el 11 de enero, alcanzando el 74 por ciento de acato de las disposiciones sanitarias que inhiben su presencia y actividad mercantil.

Suma y sigue. En cada uno de los conflictos que se han presentado con otras organizaciones, Sánchez Galindo se ha empeñado en culpar a Antorcha, aún y con calzador de ser necesario para él, llegando al grado de vincularnos estúpidamente con el hampa y hechos delictivos, actividades totalmente ajenas a nuestra organización y a la labor de los compañeros ambulantes.

Esta persistencia, en atacar mediáticamente, una y otra vez al Movimiento Antorchista no tiene otra intención que un linchamiento mediático permanente para crear en la mente de los poblanos una imagen negativa de lo que verdaderamente es Antorcha. Puesto que ninguno de los embustes ni patrañas de Sánchez Galindo puede mantenerse en pie ante el más mínimo cuestionamiento racional.

Si lo que este gobierno municipal, en manos de Morena, verdaderamente quisiera acabar con el ambulantaje, no tendría que buscar muy lejos la solución al problema. Ante tal fenómeno, ¿no sería lógico que el gobierno creara fuentes de empleo con salarios dignos para las miles de personas que han encontrado en el comercio informal su único medio de subsistencia? Sólo así, los ambulantes, antorchistas y no antorchistas, dejarían de regresar a las calles. Pero de eso nada. Escarnio público y represión para quienes buscan no morir de hambre, y si son organizados en Antorcha, más.

El Movimiento Antorchista ha manifestado abierta y francamente en los cuatro ejes rectores de su modelo de gobierno la creación de empleos en donde hagan falta para las personas en edad de hacerlo y salarios dignos que le permitan a la clase trabajadora tener una vida con decoro. Propuesta de solución diametralmente opuesta a la que implementan los gobiernos morenistas.

Por ahora, después de meses de confinamiento y abandono por parte de las autoridades gubernamentales, presentan propuestas muy poco viables que ayuden a resolver el problema de fondo, como “apoyos económicos” de apenas dos mil pesos, por el contrario, se trata de un simple paliativo que lejos de beneficiar, ayudará a agravar la ya de por sí difícil situación económica de las familias pobres de Puebla que se dedican al comercio informal. Esta realidad, nos debe servir a los poblanos para darnos cuenta de la poca preparación de los representantes de Morena para hacer frente a las crisis, de su incapacidad y acciones improvisadas, por tanto, debemos cambiar de clase gobernante por una identificada con las necesidades de la clase trabajadora.

En el actuar del funcionario morenista, podemos ver que su interés y preocupación real no es acabar con el ambulantaje, ni mucho menos atender y resolver el problema del desempleo en Puebla, sino atacar desde la tribuna en que se encuentra al Movimiento Antorchista, buscar el mínimo pretexto o motivo para inculparnos y agredirnos como sólo una mente perversa como la suya es capaz de hacerlo, ya sea por iniciativa propia o por encargo, en lugar de ponerse a trabajar y a cumplir la función para la que fue puesto, que es resolver los problemas de los poblanos. De esa talla es Morena y sus representantes. De esa calidad es René Sánchez Galindo y sus fobias.

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