Zona comercial de CU, quebrada por Covid; solo 20 locales sobreviven. Foto: Ángulo 7/Edgar Guzmán
Zona comercial de CU, quebrada por Covid; solo 20 locales sobreviven. Foto: Ángulo 7/Edgar Guzmán

Solitaria, sin el ruido que se escuchaba en las calles ni el tráfico que generaban automovilistas, es como la zona de CU de la BUAP se encuentra por la pandemia de Covid-19, la cual provocó que la mayoría de negocios cerraran y solo unos 20 se mantengan abiertos.

Esto, tras un recorrido hecho por este medio sobre la avenida San Claudio, que es la principal vía de acceso para estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), cuyo flujo peatonal era constante, así como algunas de las calles paralelas a esta vía.

En este ejercicio se pudo observar que del total de negocios que había abiertos hasta antes de la pandemia, solo quedan entre 15 y 20 abiertos de los más de 50 que había, los cuales en su mayoría son de venta de alimentos, tiendas y otros de impresiones o copias, esto a pesar de que estos últimos no tendrían que estar funcionando por no ser actividades esenciales.

Algunos de los que se mantienen operando sacan sus letreros a la banqueta informando el servicio que ofrecen o su caso los productos que venden, para que la poca gente que transita por esta zona sepa que están abiertos y acuda a comprarles.

Otros (la mayoría) mantienen sus cortinas cerradas debido a que la falta de ingresos, por la suspensión de clases, desde marzo del año pasado, generó que no tuvieran recursos para seguir pagando las rentas que cobran, las cuales van de 4 a 10 mil pesos al mes.

Sin embargo, se pudo observar que aún tienen los letreros y nombres con que se conocían los negocios y no muestran anuncios de renta o venta de local, situación que lleva así varios meses, de acuerdo con algunos de los comerciantes que se encuentran abiertos.

Desde febrero bajaron las ventas

Virginia Cruz, que tiene un negocio de desayunos cerca de la avenida San Claudio, señaló en entrevista que la situación se empezó a empeorar desde febrero del año pasado, cuando se inició el parto de estudiantes de la BUAP que género que fueran bloqueados los accesos de la institución a lo que se sumó la suspensión de actividades por la pandemia, en marzo.

Dijo que si bien acataron las medidas que se emitieron, solo fue por unos meses, ya que decidió abrir a partir de julio, debido a que ya no podían mantenerse cerrados, pues necesitaban ingresos para poder pagar la renta que actualmente es de 3 mil pesos, debido a que su arrendatario les bajó mil pesos, pero aun así afirmó que “no sale”.

Ejemplificó que hasta antes del Covid-19 vendían entre 800 y mil pesos; ahora si son 300 pesos es mucho, ya que solo es para llevar, por lo que ni siquiera alcanza para comprar los productos para vender al día siguiente y en caso de que siga la situación así en dos meses podrían dejar el local.

“Estamos ahorita creo que peor que antes, todo lo que se invierte y pagar sueldos pues no alcanza, estamos endeudados porque tuvimos que agarrar de nuestro dinero que había guardado, cuando se autorizó la apertura creíamos que iba a mejorar, pero con el nuevo cierre no hay esperanza de que mejore”, pronunció.

En tanto, el dueño de un local de venta de figuras de cerámica, comentó que sabe que no debe tener abierto, pero lo hacer para ver si “cae algo”, ya que al ser el propietario del lugar no tiene el pendiente de pagar renta, como la mayoría de los otros negocios.

Comentó que existe incertidumbre porque no se sabe cuándo regresará a clases presenciales la BUAP, pues son los estudiantes de esta casa de estudios los que movían la economía de la zona tanto por la mañana como por la tarde.

Si no fuera mío, ya me hubieran corrido

“Si no fuera mío ya me hubieran echado a la calle desde el año pasado, ahorita la verdad no sale nada, yo calculo que eran 80 negocios o más los que había abiertos, ahorita ya nada más están como 10 o un poco más, pero entre ellos está el Oxxo que ese nunca ha cerrado”, expresó.

En tanto, una señora que tiene un local de tacos de guisado, mencionó que sus ingresos se redujeron en 70 por ciento, por lo que de los mil pesos que vendía antes, ahora son 300, con los que apenas “está sobreviviendo” para el pago de luz y compra de sus productos para hacer.

Refirió que, si bien el arrendatario le bajó la mensualidad de 5 a 4 mil pesos, no le alcanza ni para eso, motivo por lo que abre de lunes a viernes, con la esperanza de vender lo más que pueda, a pesar de que se amplió por dos semanas la suspensión de actividades no esenciales.

De igual forma, un señor que tiene a cargo un café internet y centro de copiado frente a la BUAP, mencionó que sabe que no debe abrir porque está prohibido en el decreto, pero lo hace para no perder el local, pues incluso hasta le bajaron la renta de 6 a 3 mil pesos por la renta y aun así apenas va saliendo.

“La mayoría de los negocios que estaban aquí cerraron yo creo desde inicio del segundo semestre del año pasado, la verdad no sé a dónde se hayan ido, nomás de repente empezaron a cerrar uno tras otro y ya solo quedan los que han podido resistir”, asentó.

Comunicólogo por formación y reportero de profesión en Angulo 7 Noticias desde octubre de 2014. Poblano de Libres radicando en la capital, persona sería y en ocasiones divertida, amante del fútbol...

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